Hay noticias que llegan justo cuando uno menos las espera. Y esta es una de esas. Este domingo, Cubavisión estrena Las reglas de Rodo, una serie que ya está dando de qué hablar antes incluso de llegar a nuestras pantallas. Y no es para menos.
La noticia se conoció a través de una publicación en la página de Facebook del propio canal, donde anunciaron que la serie —que tuvo su premier este jueves a las 5 pm en el cine Yara— finalmente llegará a nuestros hogares. «Una historia fresca, intensa y profundamente humana», así la describen. Y seguramente no exageran.
Escrita por Amílcar Salatti y dirigida por Magda González Grau —sí, los mismos que nos dieron Calendario—, el audiovisual sigue a Rodo, un joven de 17 años que intenta encontrar su propio rumbo en medio de las contradicciones, los sueños y las reglas que impone la vida. Hasta aquí, podría sonar como cualquier otra serie sobre adolescentes. Pero hay algo más.
Rodo tiene síndrome de Asperger. Y eso cambia todo.
Porque esta no es una serie que usa el Asperger como un recurso dramático fácil o como un gancho sensacionalista. No. La producción apuesta por la honestidad narrativa, alejándose de estereotipos y dramatismos innecesarios para mostrar la cotidianidad real de quienes viven con esta condición. Y eso, en la televisión cubana, es prácticamente inédito.
El protagonista es interpretado por Ignacio Hernández Casado, ese joven actor que muchos recordarán de Calendario. Lo acompañan Clarita García en el rol de su madre, Yamira Díaz como su abuela, Danay Cruz interpretando a Helen (la joven de la que se enamora Rodo), Hilario Peña como un vecino, Yaremis Pérez como una psiquiatra y Alberto Corona. Un elenco de lujo para contar una historia que lo merece.
Yaremis Pérez, quien defiende el rol de la psiquiatra, compartió con CubaActores la importancia del proyecto: «Hay todavía mucha incomprensión… en lo social, en cómo se integra o no alguien con Asperger en una comunidad. La serie intenta generar empatía, que se entienda un poco más». Y ahí está la clave: generar empatía. Que se entienda un poco más.
El síndrome de Asperger forma parte de los trastornos del espectro autista. Se caracteriza por problemas en la comunicación social y conductas e intereses restringidos y estereotipados, sin un retraso del lenguaje significativo o de desarrollo cognoscitivo. Pero más allá de la definición técnica, lo que importa es esto: hay personas viviendo con esta condición entre nosotros. Vecinos, compañeros de trabajo, estudiantes. Y muchas veces, no sabemos cómo relacionarnos con ellos. O peor aún, no intentamos entenderlos.
Las reglas de Rodo llega en un momento en que la sociedad cubana, como muchas otras, necesita ampliar su comprensión sobre la neurodiversidad. El material no solo busca entretener, sino también educar y sensibilizar, contribuyendo a derribar prejuicios y construir un entorno más inclusivo.
Y lo hace con episodios de treinta minutos, en formato de comedia dramática. Porque sí, hay humor. Porque la vida de las personas con Asperger, como la de cualquier ser humano, está llena de claroscuros, risas y desafíos. No todo es drama. No todo es tragedia. Hay momentos de luz, de alegría, de conexión.
Detrás de cámaras, la serie cuenta con una producción cuidada hasta el último detalle. La dirección de fotografía es de Yamil Santana, la música original corre a cargo de Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán, y la producción general es de Yolanda Rosario. Cada elemento está pensado para crear una atmósfera que acompañe la historia sin robarle protagonismo.
Y aquí viene lo mejor: antes de llegar a Cubavisión, la serie ya confirmó una segunda temporada. Sí, leíste bien. Esta primera tanda contará con ocho capítulos que se transmitirán los domingos, pero ya sabemos que habrá más. Que las historias de Rodo, su familia y su entorno continuarán desarrollándose. Y eso es una excelente noticia.
¿Por qué importa esta serie? Porque la televisión tiene el poder de cambiar conversaciones. De abrir puertas. De hacer que miremos a nuestro alrededor con otros ojos. Las reglas de Rodo no es solo una simple trama sobre un adolescente con Asperger. Es una serie sobre todos nosotros. Sobre cómo nos relacionamos con lo diferente. Sobre cómo construimos comunidad. Sobre cómo elegimos —o no— ser empáticos.
Las situaciones y desafíos diarios, así como los pequeños triunfos de Rodo, se convertirán en ventanas a través de las cuales el público podrá comprender mejor ese padecimiento. Y quizás, solo quizás, eso nos haga mejores personas.
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