
El béisbol cubano está siendo testigo de una de las historias de superación más inspiradoras de la Serie Nacional 64. Esteban Terry, el talentoso utility oriundo del municipio matancero de Limonar, ha regresado al máximo nivel del béisbol nacional después de años de ausencia, y lo ha hecho por la puerta grande, estableciéndose como uno de los bateadores más efectivos del torneo.
Tras los juegos de ayer, ostentaba el décimo mejor average del certamen con .415, convirtiéndose en el líder en ese acápite de los Cocodrilos de Matanzas, equipo que marcha en segundo puesto de la tabla de posiciones con un balance de catorce triunfos y apenas cuatro descalabros.
Sus estadísticas reflejan una consistencia notable: además de su elevado promedio, ha conectado dos dobles y un jonrón como extrabases, ha impulsado siete carreras y mantiene un porcentaje de embasado (OBP) de .510 y un slugging de .537. Quizás el dato más impresionante es que en 54 comparecencias al home plate solo se ha ponchado en seis oportunidades, demostrando un control de zona excepcional.
La historia de Terry es un testimonio de perseverancia ante la adversidad. Hace años no fue tenido en cuenta en su momento por las autoridades deportivas de su provincia natal, a pesar de haberse destacado en la justa nacional sub-23. Esta situación lo obligó a tomar una decisión difícil: trasladarse hacia Pinar del Río en busca de oportunidades.
En territorio pinareño encontró el reconocimiento que le había sido negado en casa. Su brillante actuación en la Serie Provincial con San Juan y Martínez le abrió las puertas al elenco pativerde, donde finalmente pudo debutar en las Series Nacionales.
Antes de la actual contienda, este versátil jugador, cuya posición natural es la tercera base aunque puede desempeñarse en segunda, el campo corto y los jardines, solo había disputado dos cursos con los Vegueros (ediciones 60 y 61: 2020-2021 y 2021-2022).
En ambas temporadas dejó números bastante discretos, en parte debido a las limitadas oportunidades que recibió. En la primera de estas dos campañas registró 83 turnos oficiales entre etapa regular y postemporada, mientras que en la segunda solo acumuló 32 apariciones al bate, cifras que no le permitieron mostrar su verdadero potencial.
Según reflejó la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en mayo de este año, Terry participó en 2025 en la I Copa Provincial Jorge Luis Valdés In Memoriam, que contó con la presencia de cuatro equipos con exponentes matanceros. Este torneo se convirtió en la plataforma perfecta para su resurgimiento.
En la competencia dejó un promedio ofensivo de .404, conectó 10 extrabases, incluidos cuatro cuadrangulares, robó seis almohadillas, impulsó 19 carreras y anotó otras 16. Estos números lo llevaron a ser nombrado como el Jugador Más Valioso y se convirtieron en el preludio de lo que vendría.
El interés por sus servicios no se hizo esperar. «Desde hace meses me han llegado intenciones de algunos directores para representar a sus colectivos en la Serie Nacional, como Sancti Spíritus y Villa Clara, incluso, supe que el profesor Guillermo Carmona se interesó en mí para Industriales, pero después de pensarlo, decidí que la próxima temporada estaré con el territorio yumurino», declaró en mayo a la ACN.
Esta decisión de regresar a representar a su provincia natal, después de años de ser ignorado por las autoridades locales, habla del carácter y la lealtad hacia sus raíces del sobrino del otrora lanzador Eduardo Terry.
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