El multimillonario cubano que murió en raras circunstancias tras atentar contra su esposa

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Sergio Pino. Foto: South Florida Business Journal.

A mediados de julio fue noticia Sergio Pino, influyente constructor y filántropo cubanoamericano de 67 años, quien justo el día 16 de ese mes fue encontrado muerto en su mansión de Coral Gables, Florida.

Al momento de publicarse esa turbulenta información, el magnate llevaba semanas siendo blanco de acusaciones muy serias de parte del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) y la Fiscalía Federal. De hecho, si descubrieron antes su cuerpo fue porque se dirigieron a su residencia para arrestarlo, según informaciones reveladas por el agente especial Jeffrey Veltri.

Las fuerzas del orden investigaban a Pino por haber contratado presuntamente hasta dos equipos de sicarios para acabar con la vida de su esposa, Tatiana Pino, con quien se hallaba en un tirante proceso de divorcio desde 2022, año en que finalizaron una relación de tres décadas. Por su parte, Pino había negado todos los cargos que pesaban en su contra.

Sam Rabin, principal abogado del acusado, declaró que el deceso de su cliente era “un final muy trágico para una investigación que confiábamos en poder defender con éxito”.

El fallecido tenía cuatro hijas, dos de ellas con Tatiana, aunque ni siquiera el largo vínculo que compartieron ni la familia que tenían en común, valieron para él cuando las cosas se pusieron feas. De acuerdo con datos que maneja el FBI, desde 2019 la pareja comenzó a tener serios problemas y, según las pesquisas, entonces Sergio entendió que debía sacarla de la ecuación.

En 2022, poco antes de que terminara el vínculo entre ambos, trató de envenenarla con fentanilo, pero como aquel intento nunca prosperó, entonces él habría tomado acciones más radicales para acabar con el “problema” que representaba su ex, quien había rechazado su oferta de 20 millones de dólares para firmar el divorcio.

Con ese objetivo, Sergio habría contactado a Bayron Bennett, quien trabajaba ocasionalmente en el yate de la familia Pino, y le encargó que armara un primer grupo que en agosto de 2023 llegó a provocar incendios y a chocar el auto en donde viajaban Tatiana y su hermana. Se dice que pudo haberles pagado alrededor de 140 mil dólares para que la intimidaran y terminaran con su vida.

Esas situaciones no finalizaron como esperaba y Pino decidió hablar con el exconvicto Fausto Villar, quien este mismo año fue tentado con recibir 300 mil dólares (la mitad al principio y la misma cantidad cuando la misión concluyera exitosamente) para armar otra partida capaz de cortar definitivamente el cabo suelto que era la exmujer del empresario.

El atentado planificado por Villar y sus socios, Diori Barnard, Clementa Johnson, Vernon Green y Avery Bivins quedó frustrado gracias a la temeridad de Tatiana, quien al ver que llegaban unos hombres armados a su casa de Pinecrest, condujo su auto a gran velocidad hacia el patio de la vivienda, en donde ella y una de sus hijas solo pudieron llegar a ser amenazadas a punta de pistola.

“Los individuos que en realidad lideraban esos equipos tenían algún tipo de relación especial con el señor Pino”, expresó en conferencia de prensa el fiscal federal del Distrito Sur de la Florida, Markenzy Lapointe.

Todas estas informaciones vieron la luz justo el día después de que los medios locales se hicieran eco de la muerte de Pino, cuyo cuerpo con una herida de bala fue hallado en un dormitorio del piso superior de su vivienda, según reportes policiales. Hasta ahora se habla de suicidio.

Después de este trágico suceso, ahora la pugna de Tatiana continúa con Carlos Pino, hermano de Sergio que fue designado como el único beneficiario de su fortuna, además del encargado de crear un fondo fiduciario para las cuatro descendientes del difunto.

Debido a que su exmujer no fue mencionada en su última voluntad, ahora ella planea impugnar tal decisión y reclamar no solo los beneficios, sino también el control de Century Homebuilders Group, la empresa fundada por el desaparecido antillano a inicios de los 90.

De la plomería al Sueño Americano

La celebridad de Sergio Pino comenzó a crecer exponencialmente en la última década del siglo pasado, cuando creó Century, compañía que ha erigido más de 16 mil casas en el sur de la Florida y tiene negocios a lo largo de todo el país y también en Latinoamérica. En 2021, según diversas fuentes, el cubano y su esposa llegaron a tener un patrimonio combinado valorado en más de 359 millones de dólares.

La historia de este hombre, nacido en el año 1956 en La Habana, tuvo un giro importante a sus 12 años cuando se fue a la Florida con su familia. Su padre, otrora dueño de una pequeña tienda de comestibles en la Isla, empezó a ganarse la vida como plomero, mientras que su madre trabajaba en una lavandería, en donde el joven Sergio ayudaba limpiando los tapetes de bienvenida de los hoteles.

En 1975 se graduó del instituto y empezó a asistir al Miami-Dade Community College. Su idea original era convertirse en arquitecto, aunque ese plan se fue diluyendo dos años después, cuando abrió su primer negocio: Century Plumbing, una tienda de plomería que despegó exitosamente gracias al préstamo inicial de 6000 dólares que le hizo su padre.

Tras el éxito que fue cosechando con su pequeño emprendimiento, a finales de los 80 ascendió a la presidencia del grupo constructor Latin Builders Association. Luego de tres años en ese cargo, siguió avanzando de forma independiente y en 1997 fundó el holding inmobiliario Century Partners Group, mediante el cual logró acopiar varios millones que le permitieron empezar a levantar viviendas unifamiliares en Miami-Dade y el condado aledaño de Broward.

Con el tiempo, aquel pequeño emprendimiento pasó a llamarse Century Wholesale, firma que hoy también ha estirado su influencia por el Caribe, Centro y Sudamérica.

Conocido además por su labor filantrópica y su aporte a la comunidad latina de Miami, una de sus principales ayudas en ese sentido la concretó como parte de la junta directiva de la Universidad Internacional de la Florida (FIU, por sus siglas en inglés). En 2003 puso dos millones de dólares para el desarrollo del Centro Global de Emprendimiento Eugenio Pino y Familia, institución con la que rindió honor a su padre.

En la política siempre fue republicano y llegó a ser amigo personal del gobernador Jeb Bush (1999-2007), así como partidario incondicional de su hermano George W., a cuya campaña de reelección donó un edificio en 2004.

A pesar de no tener grandes problemas con la justicia, la gran influencia que fue acumulando luego de años como empresario respetado, lo puso en la mira de las instituciones fiscalizadoras y las agencias del orden.

Por ejemplo, tanto él como sus socios minoritarios fueron señalados en un informe del inspector general del Condado de Miami-Dade, del año 2002, por echarse a los bolsillos más de 14 millones de dólares gracias a un contrato de concesiones libres de impuestos que tenían en el Aeropuerto Internacional de Miami. Como única respuesta, Pino expresó que nunca existió “juego sucio” de su parte y se mantuvo en el negocio hasta 2005, cuando expiró el contrato.

Más adelante, en 2006, se supo que un jurado de instrucción federal estuvo analizando acusaciones contra él debido a un viaje que realizó a Cancún en el jet privado de Sergio el por entonces comisionado de Miami-Dade, José Díaz. Las sospechas indicaban que pudo ser parte de un trato para que el funcionario le diera luz verde a un proyecto constructivo muy beneficioso en la zona de Doral.

Otra de las razones que despertó el interés del gobierno federal, fue el U.S Century Bank, proyecto que lanzó en el año 2000 con la idea de forjar el banco hispano más importante de Miami. Sin embargo, poco más de una década después el negocio estaba al borde del colapso y, según reportes del Herald, “fue objeto de una orden de intervención federal en medio de preocupaciones sobre su financiación y el uso de ‘préstamos con información privilegiada’ a los directores o funcionarios del banco, incluyendo millones de dólares para los proyectos de urbanización de Pino”.

Finalmente, el cubano se apartó de la junta directiva, alegando que se dedicaría exclusivamente a su emprendimiento inmobiliario

Durante los comienzos de la pandemia de la Covid-19, destacó por alzar su voz con el fin de evitar los aumentos de los contagios. Incluso llegó a cerrar una de sus obras luego de que varios trabajadores dieran positivo al virus.

Aún se desconoce cómo terminará la historia de Sergio Pino, cuya muerte ha dejado varios cabos sueltos para la justicia y para su familia, que aún pelea por ver cómo se distribuye la enorme fortuna que amasó este hombre durante años.

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