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En medio de los desafíos tecnológicos que enfrenta Cuba, un restaurante habanero está escribiendo su propio episodio de innovación. Doña Alicia, establecimiento que lleva siete años operando en la capital cubana, ha logrado lo que para muchos parecería imposible en el contexto actual de la Isla: incorporar tecnología de punta al servicio gastronómico tradicional.
«¡Pensé que estaba en una película de dibujos animados!», expresó Sonia Pérez, una empleada pública de 64 años, al describir su experiencia en el local, según recoge la agencia Associated Press (AP). Su asombro refleja el contraste entre la realidad tecnológica cotidiana de Cuba y este oasis de novedad.
El restaurante, ubicado en Reina esquina Belascoaín (Centro Habana), ha implementado gradualmente su transformación digital, comenzando con tablets en las mesas, incorporando luego los servicios de Alexa, y coronando su evolución con la llegada de su estrella tecnológica: un robot repartidor que lleva el nombre de la abuela del propietario, Doña Alicia, quien ahora asiste a los camareros en el comedor, indica el mencionado medio de comunicación.
La experiencia comienza desde que los comensales toman asiento. En lugar del tradicional menú impreso, los clientes encuentran pantallas digitales en sus mesas, donde pueden explorar y ordenar los platos que deseen. El bar complementa la oferta.
Sin embargo, dicha revolución tecnológica no ha sido un camino fácil. Como señala AP, la implementación de estas innovaciones representa un verdadero desafío, pero, a pesar de estos obstáculos, el establecimiento ha encontrado formas de mantener su servicio tecnológico funcionando.
Yadiel Hernández, gerente del local, destaca el impacto positivo de los mencionadas mejoras. «Hemos notado un cambio», afirma a la agencia norteamericana. «Tanto a niños como a adultos les resulta interesante que un asistente robótico lleve la comida a la mesa… es una experiencia novedosa».
El restaurante mantiene un equilibrio entre innovación y tradición, ofreciendo también servicio personalizado para aquellos clientes menos familiarizados con la tecnología.
La historia de Doña Alicia representa más que una simple actualización tecnológica: simboliza la capacidad de adaptación e innovación en medio de circunstancias complejas. En un país donde el atraso tecnológico es una realidad cotidiana, el restaurante demuestra que es posible dar el salto al siglo XXI, aunque sea en pequeños espacios y sorteando múltiples obstáculos.
Este experimento gastronómico-tecnológico podría marcar el camino para futuras innovaciones en el sector de los servicios en Cuba, aunque por ahora permanece como un caso excepcional que despierta asombro entre locales y visitantes por igual.
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