
La crisis que atraviesa el deporte cubano es un hecho irrefutable desde hace años. Los cuantiosos problemas que lastra ese sector han mermado la reputación de un sistema que llegó a estar en el top 10 del medallero olímpico. Sin embargo, la obtención de resultados puntuales en ciertas disciplinas ha permitido a la Isla mantener, a duras penas, el estatus de potencia que se ganó décadas atrás.
Una de las principales razones que aún sostienen el nombre de Cuba en la arena deportiva internacional, es el trabajo de sus entrenadores. La experiencia y conocimiento de estos especialistas, capaces de potenciar el talento en un contexto tan adverso como el nuestro, no deja de llamar la atención de propios y extraños.
Recientemente encontramos que Yordanis Arencibia, gloria del judo nacional y ex entrenador de la selección femenina, había sido “fichado” por la Federación Ecuatoriana de Judo (FEJ) para elevar el nivel de esa disciplina en ese país.
“Estoy muy contento y agradecido por la oportunidad. Para mí es satisfactorio aportar mi granito de arena al judo acá en Ecuador. Hay que realizar bastantes combates y trabajar desde la base para que los atletas nos lleguen con un buen nivel técnico-táctico. En el deporte y la vida hay que ser ambicioso para lograr grandes resultados. Nunca hay que ponerse techo y sí hay que esforzarse para lograr nuestros objetivos”, expresó Arencibia durante su presentación en su nuevo puesto al frente de las escuadras mayores ecuatorianas de ese deporte.
Este nuevo episodio en la carrera de Arencibia llega luego de una etapa de seis años al frente del conjunto femenino absoluto de la Mayor de las Antillas. En este tiempo completó dos ciclos olímpicos (Tokio 2020 y París 2024). Sus principales alegrías vinieron de Idalys Ortiz, quien logró una plata bajo los cinco aros en la capital nipona y también fue subtitular mundial en 2018 y 2019.
Yordanis, oriundo de la localidad tunera de Amancio Rodríguez, tuvo un rendimiento excelso como atleta. Su potencia y dotes técnicas lo llevaron a ganar sendos bronces olímpicos en Atenas 2004 y Beijing 2008, además de un subtítulo (2007) y tres bronces (1999, 2001 y 2003) en campeonatos mundiales.
Otros resultados destacados en su currículo incluyen el cetro mundial sub-20 de Cali, Colombia (1998), y la plata en el Grand Slam de París (2009), evento con el que curiosamente terminó su carrera activa.
A nivel continental, se alzó con el oro en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 y ancló tercero en las lides continentales de Winnipeg 1999 y Río de Janeiro 2007. Igualmente fue cinco veces monarca de América en citas individuales de su deporte.
Según publicó la FEJ en su perfil oficial de Facebook, la llegada de este preparador nacido el 24 de enero de 1980, significa un paso clave en su plan de fortalecer el deporte de alto rendimiento.
Hasta la fecha, el judo en la nación de la mitad del mundo ha tenido sus puntos más altos en las actuaciones de Lenin Preciado y Estefanía García, campeones panamericanos en Toronto 2015. Otras de sus figuras notables han sido Roberto Ibáñez y Vanesa Chalá, segundo y tercera en las citas multideportivas de Río de Janeiro 2007 y Lima 2019, respectivamente.
Esta no será la primera vez que un entrenador de la Mayor de las Antillas colabora con el deporte en Ecuador. En la última década, estuvieron formando luchadores allá los profesores Jorge González, César Ramón Carracedo y Eduardo Puentes. También prestaron sus conocimientos Nelson Gutiérrez (atletismo) y Pedro Pablo Salgado (boxeo).
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