Hubo un tiempo en que Luis Enrique Patterson se convirtió en una de las principales esperanzas de un posible resurgir de la esgrima cubana. En su momento, el holguinero acaparó titulares al agenciarse el cetro mundial juvenil en la modalidad de espada, en noviembre de 2015, y tiempo después escaló hasta la escuadra de mayores que en 2019 se llevó el título continental y el de los Panamericanos de Lima (el elenco lo integraron también Yunior Reytor y Reynier Henríquez).
Pero a finales de ese último año abandonó el combinado cubano que participaría en la Copa del Mundo que se celebraría en Berna, Suiza. Viajó hacia la urbe, pero no llegó a competir con la selección que, tras su baja, perdió la posibilidad de disputar el certamen por equipos.
Más adelante se estableció en Canadá y ahí ha continuado con su vida sin dejar de lado el deporte que le apasiona. En ese país ha competido por el club Dynamo Fencing, con el cual obtuvo una presea plateada en el campeonato nacional de esa nación en 2022. También ha sido entrenador en esa propia entidad.
No obstante, en tierra canadiense no todo ha sido color de rosa para él y hace unos días publicó un video en su perfil en Instagram para compartir con sus seguidores experiencias de acoso laboral, racial y explotación que ha soportado durante más de dos años.
“He sido blanco de insultos racistas, explotación, burlas, acoso”, contó y agregó que estas situaciones lo han afectado física y psicológicamente. Más adelante explicó que ha sido amenazado con acusaciones falsas que dañan su integridad y reputación, si no cumplía con las demandas que le eran impuestas en su centro de trabajo.
Insistió en que la presión llegó a tal punto que no le quedó otra opción que renunciar a su puesto y no se le ofreció la oportunidad de defenderse. Debió solicitar su salida de esa ocupación, debido a que se encontraba bajo el control de un permiso de trabajo cerrado, que solo le permitía trabajar en ese único lugar.
“Han sido meses difíciles, oscuros para mí”, añadió antes de comentar que luego el IRCC (Inmigración, Refugiados y Ciudadanía Canadá, el ministerio que vela por los asuntos relacionados con esos temas en la nación norteña) le fue concedido un permiso de trabajo abierto, el cual, según declaró, lo otorgan a personas que hayan sufrido abusos similares en el escenario laboral.
Puntualizó que no mencionaría los nombres de los implicados, ni detalles específicos de los hechos porque hay una investigación en curso que debe ser respetada, pero decidió hablar sobre el tema para crear conciencia sobre sucesos que no deben ser tolerados.
Igualmente agradeció a quienes lo conectaron con organizaciones que velan porque no sean vulnerados los derechos de los trabajadores, entre ellas Mosaic y Fencing4change.
Mientras tanto, el antillano de 27 años continúa con su preparación para la Copa del Mundo que se efectuará en Vancouver, Canadá, a partir del venidero 8 de diciembre, donde defenderá la bandera de Jamaica, federación a la cual representa desde hace pocos meses, según dio a conocer en sus redes sociales.
En una entrevista con Jamaica Observer, el espadista dijo que su vínculo con esa isla llega por parte de su madre, de apellido Arboine.
En el mismo diálogo confesó que su ruta hacia los venideros Juegos Olímpicos es aún compleja, pues queda poco tiempo para lograr la clasificación y, aunque recibió la ciudadanía, en el momento de publicada la conversación (agosto de 2023), todavía no había recibido el pasaporte que le permitiría viajar y competir fuera del territorio canadiense. Además de ello, necesita financiación para costearse la preparación en un deporte que demanda no pocas cuestiones logísticas.
👉Si quieres recibir nuestros artículos sobre deportes y otros contenidos sobre ese ámbito en tu WhatsApp, únete a este grupo:
pobre amigo…. que habra hecho?????
Si se hubiera quedado en su país no tendría que pasar por esa situación