
Tres años después de ser despedido de las Grandes Ligas y dos años tras no renovar su contrato con los Gigantes de Yomiuri de la prestigiosa liga japonesa, el pitcher cubano Yoan López Leyva está viviendo un verdadero renacimiento profesional en suelo azteca: el cerrador de los Algodoneros de Unión Laguna se ha convertido en una de las figuras más destacadas de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), la segunda más fuerte de ese país.
Antes de los partidos del domingo pasado, ocupaba el segundo lugar en el apartado de juegos salvados de la liga con 17 rescates, empatado con el estadounidense Chris Ellis, de los Sultanes de Monterrey. Ambos eran superados únicamente por el japonés Tomohiro Anraku, de los Diablos Rojos de México, quien acumulaba 18 salvamentos. Esta posición privilegiada en la estadística más importante para un cerrador, demuestra que el oriundo de la Isla de la Juventud ha recuperado la confianza que lo caracterizó en sus mejores momentos.
Los números del pitcher de 32 años en la presente temporada reflejan un rendimiento sólido y consistente. López suma una victoria, tres derrotas y ha registrado 38 ponches y 19 boletos en 42 entradas de trabajo. Su promedio de carreras limpias de 4.29, aunque podría parecer elevado a primera vista, debe ser analizado dentro del contexto específico del circuito en el que se desenvuelve.
La efectividad del derecho cubano, lejos de ser una mancha en su desempeño, resulta competitiva en un torneo caracterizado por la alta producción ofensiva. Hasta el domingo, entre los jugadores calificados, solamente dos lanzadores mantenían promedios por debajo de 4.00: Carl Edwards Jr y Tyler Danish. El mejor ubicado por Cuba en este apartado es Yoennis Yera con 4.39, ocupando el sexto lugar de la competición, lo que sitúa a López en un sitial respetable dentro del panorama general.
Esta realidad estadística se explica por las características particulares de la LMB, donde tradicionalmente se producen enormes cantidades de carreras año tras año. En la presente temporada, según reporta la web especializada Beisbol Puro, la pelota utilizada es considerablemente más viva, y «los pitcheos rompientes tienden a no cumplir del todo su cometido», creando un ambiente especialmente desafiante para los lanzadores.
Esta es la segunda incursión de López en el béisbol mexicano, consolidando una relación exitosa con los Algodoneros de Unión Laguna. Su debut en 2024, con el mismo equipo, fue espectacular: en 53.1 innings ganó cuatro partidos, perdió uno, mantuvo un impresionante promedio de carreras limpias de 1.18, salvó tres encuentros y registró 54 ponches. Aunque no fue utilizado principalmente como cerrador en esa ocasión, su rendimiento excepcional le valió la confianza para asumir el rol de taponero titular en la justa que se disputa desde hace algunos meses.
La trayectoria de López también incluye experiencias en el béisbol caribeño con las Águilas Cibaeñas del circuito dominicano, aunque con oportunidades limitadas que le han permitido acumular apenas 7.1 innings en esa liga.
El camino del pinero hacia el profesionalismo comenzó tras una buena pero corta carrera en Cuba, donde participó en tres Series Nacionales con el conjunto de la Isla de la Juventud entre 2011 y 2014. Su salida del país lo llevó a establecer residencia en Haití, para luego presentarse ante scouts en República Dominicana, logrando firmar en enero de 2015 con los Arizona Diamondbacks por un bono de 8.27 millones de dólares.
Su debut en las Grandes Ligas llegó en 2018, cuando registró diez apariciones como relevista, lanzando nueve capítulos en los que permitió tres carreras limpias, ponchó 11 veces y concedió un boleto. Aunque tuvo mayor presencia en 2019, su participación se redujo en la temporada 2020, acortada por la pandemia.
El año 2021 marcó un punto de inflexión cuando, tras lanzar 12.1 entradas con Arizona, fue cambiado a los Bravos de Atlanta, donde no logró ser promovido desde AAA a las Mayores. Un año después firmó con los Mets, quienes lo utilizaron durante apenas 11 episodios antes de liberarlo a finales de temporada.
En resumen, su paso por las Grandes Ligas durante cinco campeonatos, arrojó un balance de tres victorias y ocho derrotas, con promedio de efectividad de 4.39, 92 ponches y 38 bases por bolas en 112.2 innings. Tras su salida del sistema de MLB, López intentó relanzar su carrera con los Gigantes de Yomiuri en 2023, en la segunda mejor liga del planeta, pero tampoco logró brillar en territorio japonés.
Su nombre apareció en la preselección para el Clásico Mundial de 2023, pero decidió no participar, según explicó la federación cubana, debido a que prefería «centrarse en temas vinculados a su firma con Gigantes de Yomiuri». A finales de 2024 volvió a sonar para integrar la escuadra nacional rumbo al Premier 12, pero una situación de salud le impidió formar parte del grupo. ¿Entrará en el listado de cara al Clásico de 2026? Por ahora tiene números de sobra para ello.
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