
El presente torneo nacional de béisbol para menores de 23 años, inició hace pocos días luego de una pausa de tres años desde su última edición. El evento, cuya finalidad es darle fogueo a los jóvenes talentos de la pelota cubana, cuenta con varios prospectos destacables, entre quienes hay, incluso alguno, que ni siquiera se formó en los terrenos de nuestro país.
Uno de los casos más curiosos de la presente competición es el de Marcos Torres González, joven nacido el 18 de noviembre de 2003 en el municipio camagüeyano de Guáimaro y residente en Estados Unidos desde hace alrededor de tres lustros.
Lo interesante de su situación es que actualmente está disputando su primer torneo nacional sub-23, cuando hace aproximadamente un año tuvo su bautismo de fuego en la Serie Nacional, el principal evento beisbolero de la Isla.
Hasta ahora, la actuación de Torres a la ofensiva está siendo extremadamente destacada, pues hasta antes de los partidos de este martes, lideraba los apartados de hits (15, empatado) y bases robadas (4), a la vez que se ubicaba segundo en average (.536), jonrones (2, empatado) y dobles (5), tercero en OBP (.629) y OPS (1.558), cuarto en slugging (.929) y quinto en impulsadas (10).
Por si fuera poco, el domingo 22 de junio, Marcos se convirtió en la figura del tercer encuentro ante Las Tunas, cuando conectó un cuadrangular de dos carreras para dejarlos al campo, y así permitir a los agramontinos barrer a los del Balcón del Oriente en la subserie particular.
De Guáimaro a Naples… y de vuelta
Cuando contaba poco más de dos años, Marcos Torres se mudó junto a su familia hacia la zona capitalina de Santiago de Las Vegas, en el municipio de Boyeros, donde dio sus primeros pasos sobre un diamante beisbolero. Cinco ciclos después, todos partirían rumbo al país de las barras y las estrellas, en donde eventualmente el chico obtuvo su ciudadanía.
En 2024, tras años compitiendo en varios niveles del sistema atlético estadounidense, luego de 12 meses de experiencia en la universidad y de pasarse una temporada probando suerte en República Dominicana, Marcos regresó al país en donde nació, con la idea de participar en el principal clásico de la pelota nacional.
“Decidí representar a Camagüey porque es donde me siento con más confianza. La gente de aquí es muy alegre y me encanta la ciudad. Aunque ha sido complicada la adaptación en Cuba en todos los aspectos. También la forma de jugar pelota es un poco diferente y la cultura igual”, explicó por aquel entonces en exclusiva para Cubalite.
El joven, residente en la localidad de Naples, estado de Florida, debutó en la Serie Nacional 63 (2024) a las órdenes de Marino Luis, quien lo sumó como un jugador polivalente, capaz de desempeñarse en la receptoría, pero también en la segunda base y el campocorto.
En lo que podríamos calificar como una temporada de novato discreta pero esperanzadora con los Toros, Torres disputó 30 encuentros, en los que bateó para .267, como resultado de sus 16 hits en 60 turnos oficiales. Además, sumó tres dobles, cinco carreras impulsadas, 12 anotadas, e idéntica cifra de bases por bolas y ponches (7).
Tras sus parciales resultados en el sub-23, todo parece indicar que el polifacétivo atleta regresará a la Serie Nacional para la edición 64, competición que pudiera significar la oportunidad ideal para establecerse como una de las figuras de peso dentro de su conjunto.
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