¿Conocías a la cubana que fue pariente de Fidel Castro y estrella de Hollywood? Aquí su historia

3 min


0
Louisa Moritz. Foto: ABC.

Hay vidas que parecen sacadas de una película. Y la de Louisa Moritz es una de esas. Nacida como Luisa Castro en La Habana el 25 de septiembre de 1946, esta mujer se marchó de Cuba en los años 50, se convirtió en actriz en Hollywood, estudió Derecho y fue la mejor de su clase, compró un hotel en Beverly Hills y, en sus últimos años, se convirtió en una de las primeras mujeres en acusar públicamente al famoso comediante Bill Cosby de agresión sexual. Una vida intensa, llena de altibajos, de valentía y de reinvención constante.

De Castro a Moritz: dejando atrás un apellido de gran peso

Cuando llegó a Estados Unidos desde La Habana en la década de 1950, Luisa Castro traía consigo el peso de un apellido que, en aquellos años, resonaba en todo el mundo: Castro. Sí, era pariente lejana de Fidel Castro, el líder revolucionario cubano.

Pero Louisa no quería cargar con ese peso, así que un día, caminando por Nueva York, vio el hotel St. Moritz y tuvo una revelación: ese sería su nuevo apellido. Simple, elegante, sin el peso político de su pasado. Louisa Moritz. Así nació la mujer que buscaría conquistar Hollywood.

La rubia explosiva que no era nada tonta

En la pantalla, Louisa solía interpretar a la típica «rubia tonta» de las películas de los 70: alegre, despistada, con un humor contagiosamente dulce. Y lo hacía con un gran espíritu, sin tomarse las cosas demasiado en serio. Pero en la vida real, ella era todo lo contrario.

Había sido contadora en Cuba. Luego, mientras seguía actuando, decidió estudiar Derecho en la Universidad de West Los Ángeles. Y no solo se graduó: fue la mejor de su clase. Ganó el American Jurisprudence Bancroft-Whitney Award de Contratos. Nada mal para alguien a quien Hollywood encasillaría como «la rubia tonta genérica».

Su carrera actoral comenzó con comerciales de televisión y su debut cinematográfico llegó en 1970 con El hombre de O.R.G.Y., donde interpretó a una joven prostituta llamada Carmela. Después de eso, los papeles no pararon de llegar.

Apareció en Death Race junto a Sylvester Stallone, en Up in Smoke de Cheech & Chong, y en decenas de series de televisión como Happy Days, MAS*H, entre otras. Pero su papel más recordado fue el de Rose en Alguien voló sobre el nido del cuco (1975), la película ganadora del Oscar.

En esa escena memorable, Rose baila lentamente y dulcemente con el gran Danny DeVito, con la cabeza apoyada en su pecho. Es un instante breve pero fundamental en una película llena de momentos inolvidables.

Más que actriz: empresaria, abogada, guitarrista

Louisa no se conformaba con actuar. Tocaba la guitarra clásica y escribía música. Vendía e invertía en bienes raíces. Incluso compró un hotel en Beverly Hills al que rebautizó como Beverly Hills St. Moritz. Porque si algo le gustaba, era llevar ese apellido con orgullo.

Trabajó como abogada en el sur de California hasta que le prohibieron ejercer porque no presentó unos informes trimestrales a tiempo. Pero eso no la detuvo. Siguió actuando, siguió invirtiendo, siguió viviendo a su manera.

Edward Lozzi, su viejo amigo y publicista durante 38 años, la describió como alguien «llena de vida, talento y con un genio con un sexto sentido para ganar dinero». Sus fiestas en Monte Olimpo en la década de 1980 eran legendarias: salvajes y muy populares entre actores, productores, modelos, maquilladores, directores de escena y especialistas de todo tipo.

La valentía de enfrentar a un ícono

Pero en noviembre de 2014, Louisa tomó una de las decisiones más valientes de su vida. Se presentó públicamente como una de las primeras mujeres en acusar al célebre comediante Bill Cosby de agresión sexual. Dijo que en 1971 él la había obligado a practicarle sexo oral en el camerino del programa The Tonight Show, presentado por Johnny Carson.

Fue una de las primeras siete mujeres que demandaron a Cosby por difamación. Joseph Cammarata, su abogado, dijo que Louisa era una «mujer valiente que se enfrentó a un poderoso ícono de Hollywood». Y tenía razón. Porque acusar a alguien tan poderoso como Cosby en aquel momento requería un coraje enorme.

Lozzi dijo que «ella envejeció mucho en los cuatro años transcurridos desde lo de Cosby. Nunca había visto tal declive». Pero también dijo que antes de morir, «Louisa estaba eufórica de que la demanda iba a seguir adelante». Y así fue: a pesar de su muerte, su demanda contra Cosby continuó en un tribunal federal de Massachusetts.

Cosby fue declarado culpable de tres cargos de agresión sexual en Pensilvania en 2018 y sentenciado a entre tres y diez años de prisión.

Louisa Moritz murió el 4 de enero de 2019. Al momento de su deceso, estaba escribiendo dos libros: uno sobre una cocinera cubana y otro sobre «cómo librarse de las multas de tráfico».

👉Si quieres recibir en tu WhatsApp los artículos que publicamos habitualmente sobre temas cubanos o la actualidad de personalidades dentro y fuera del país, únete a nuestro grupo:
👉(Pincha aquí para unirte)

Anuncios
Anuncios
Anuncios

0 Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× ¡¡¡Contáctanos!!!