Desarrollar un videojuego donde el centro de todo sea el humor es bien complicado. Aquellas aventuras de Lucas Art, sobre todo la saga de Monkey Island, jugaban constantemente con el absurdo, los chistes sin sentido, los juegos de palabras, pero buena parte de su gameplay estaba centrado en los puzzles, desternillantes e imposibles, pero puzzles al fin y al cabo. En West of Loathing (2017, Asymmetric), si bien se trata de un RPG ambientado en el oeste, su historia y diálogos apuestan por el humor y no por la épica habitual. Un humor absurdo, caótico, donde lo mismo un juego de palabras nos saca una carcajada, que sentimos vergüenza ajena ante un chiste muy muy malo.
Asymmetric tiene experiencia en esto de escribir chistes y hacer videojuegos de humor. Su Kingdom of Loathing (2003), un RPG multiplayer online, desarrollado para correr en navegadores, lleva años ahogando de la risa a jugadores casuales y asiduos. Una obra que parodia sin piedad todos los estereotipos de los RPG y destripa la cultura pop, a veces con una mala leche que puede ser ofensiva. Aún hoy sigue activo (volví a probarlo el 4 de octubre y tenía 347 usuarios conectados, que es poco, pero igual impresionante para algo que surgió hace casi 20 años).
Todo ese tiempo les permitió acumular una vasta experiencia a la hora de crear un universo con personajes salidos de viajes oníricos y establecer un estilo propio de chistes. Como ninguno de los desarrolladores era muy bueno dibujando, optaron por los “muñequitos de palo”, un minimalismo que funciona a la perfección en este universo donde nada tiene sentido y la imaginación se vuelve un elemento indispensable a la hora de recrear las descripciones. No obstante, en Kingdom of Loathing no existen animaciones, así que para el western RPG tuvieron que aprender a animar y optar por un estilo que combinase 2D y 3D.
La banda sonora de West of Loathing no tiene nada que envidiarle a los western spaghettis de los años sesenta y setenta. Ryan Ike nos regala unas melodías que se quedan por semanas reproduciéndose en bucle en esa suerte de reproductora interna que tenemos en la cabeza. A cave is a Sideways hole, The Quick and the Undead, Draw! y The Wild White Yonder son canciones con muchísima personalidad que nos adentran en cada una de las situaciones y escenarios de este RPG. Escenarios hechos con trazos básicos, sin ninguna profundidad. Es impresionante que cada tema logre transportarnos a un cementerio, una cueva, el inmenso desierto o un salón (lo que se dice un bar del siglo XIX), cuando al final todo luce igual. El caso de Draw! es hilarante, porque los combates son bastantes tontos: los enemigos se acercan a ti, te golpean con un palo, y vuelven a su posición, y sin embargo el tema es súper épico, todo el tiempo in crescendo, nada que ver con la batalla que estamos presenciando.
Los combates de este RPG son bastante fáciles. A menos que se seleccione el modo difícil, es muy sencillo ir por el desierto destrozando a cada vaca, serpiente, fantasma, esqueleto o bandido que se nos cruce. Los chistes son el centro, e incluso, al plantarse frente a nosotros enemigos absurdos, la carcajada parece una prioridad y no el reto de enfrentarlos y derrotarlos. Si bien los desarrolladores son conscientes de esta debilidad de la obra, ella les permite centrarse en su fuerte: los largos textos, descripciones y narraciones. Los combates son necesarios, parte del gameplay de un RPG, así que los asumieron con tono de sorna, sin mucha seriedad.
Un elemento fundamental en esta pieza es el narrador. La constante ruptura de la cuarta pared, su personalidad ante determinados sucesos, ya sea sugerir determinadas acciones o reaccionar como si le hubiesen sucedido a él, y su perenne conversación con el jugador, lo convierten en el verdadero protagonista. A través de él, el usuario se adentra en este mundo, es él quien tiene el conocimiento de lo que sucede en un universo al cual somos ajenos por completo. Uno de los mejores ejemplos del peso del narrador está en los escupideros dispersos en diferentes bares. Después de meter la mano en la primera de estas vasijas asquerosas, a pesar de los ruegos del narrador por no hacerlo, descubrimos un objeto que podemos equipar para mejorar nuestras estadísticas. De ahí en adelante, sabemos que cada una tiene algo en su interior, pero el narrador nos desprecia profundamente por obligarlo a describir los olores y sensaciones de estas inmundicias.
Resumir la historia de West of Loathing es un poco complejo. Si bien inicia con el clásico héroe que parte en busca de aventuras en el lejano oeste, de ahí en adelante es demasiado caótico. Tenemos el ferrocarril, al que debemos ayudar a avanzar por el desierto. Al parecer, las vacas han regresado en busca de venganza y asesinarán a todos los que ocupen sus antiguas tierras. Un necromago, en su búsqueda de poder, se dedica a levantar de sus tumbas a un ejército huesudo. Un grupo de payasos asesinos se prepara para combatir a las vacas. Los duendes no dejan de provocar caos por donde pasan. Además, ¿qué no puede faltar en el lejano oeste? Bandidos, pueblos deshabitados en busca de un héroe, minas abandonadas, serpientes venenosas, fantasmas, cementerios, y cualquier otra idea descabellada que se le ocurra a Zack Johnson, Riff Conner y al resto del equipo.
Como mismo pongo en el cielo a Kingdom of Loathing y a West of Loathing, no debemos endiosar a sus creadores, puesto que nosotros solo consumimos sus productos y no tenemos idea de quiénes o cómo son estas personas. Zack Johnson, quien a todas luces es la principal figura de Asymmetric, fue acusado por su ex esposa de abuso físico y emocional en 2019; su compañero Kevin Simmons también estuvo involucrado. Una búsqueda en Google nos arroja detalles bastante jodidos de los sucesos, y la mayor parte de estos fueron reconocidos por ambos. No se queden solo con el artículo, busquen un poquito más.
Aun así, recomiendo West of Loathing. Es impresionante cómo un juego tan sencillo, o al menos eso parece en un primer vistazo, tiene tanto contenido y nos permite jugar por tantas horas. Además, los amantes de los puzzles difíciles podrán darse banquete con una gran cantidad de secretos desperdigados por el mapa. Y los que no, igual podrán disfrutar de western spaguetti aderezado con LSD.
Vea el trailer:
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