
En los grupos en redes sociales de seguidores de las telenovelas cubanas no se para de hablar de la actriz Linda Soriano, el fenómeno televisivo del momento gracias a su interpretación de Leticia en la telenovela Regreso al corazón, un personaje complejo que ha logrado cautivar a la audiencia. Su actuación, más allá de demostrar su versatilidad como intérprete, ha elevado el nivel dramático de la producción, convirtiéndola en una de las figuras más comentadas del panorama audiovisual cubano actual.
Lo que distingue la interpretación de Soriano es su enfoque profundamente humano hacia un personaje que podría haberse quedado en el estereotipo del antagonista plano. En una entrevista publicada en el canal de YouTube de la Asociación Hermanos Saíz, la actriz compartió los secretos de su proceso creativo: «lo primero que busqué cuando empecé a leérmelo fue por qué este personaje actúa así. Detrás de todo personaje negativo hay un ser humano que está roto, lastimado, dañado. Detrás de toda persona hay una vida y una maleta llena de vivencias».
Esta filosofía interpretativa revela la madurez artística de Soriano, quien entiende que la verdadera actuación va más allá de la superficie. Su Leticia no es simplemente una mujer difícil, sino un ser humano complejo, cuyas acciones tienen raíces profundas en experiencias pasadas y traumas no resueltos.
El proceso de preparación de Soriano para encarnar a Leticia fue minucioso. «Yo empecé a prepararla a partir de un perfil psicológico de qué le pasa a muchas niñas que se rompen o son rebeldes o irreverentes, que tienen personalidades fuertes y a lo mejor no tuvieron el suficiente manejo de hogar por parte de los padres», explicó la actriz, demostrando su comprensión de que los comportamientos aparentemente inexplicables tienen siempre un origen identificable.
La actriz apuntó a las dinámicas familiares disfuncionales como el núcleo del conflicto de su personaje: «Evidentemente en este caso, la madre de Leticia tuvo pequeños errores de crianza que la fueron convirtiendo en una persona volátil, celosa, no envidiosa. Celosa de su hermana menor, Alejandra (Gabriela Álvarez); celosa del amor de su hermano (Tony Lugones)».
Esta aproximación psicológica le permitió crear una biografía emocional completa para Leticia, construyendo una historia personal que trasciende lo que aparece en el guion. «Empecé a imaginar la historia de Leticia de niña, cómo fue con su hermano antes de que naciera Alejandra… o sea, me fui creando una historia para luego poder defenderla con toda la fuerza y la realidad del mundo», reveló Soriano.
En declaraciones a OnCuba News, Soriano profundizó en la dimensión universal de su personaje: «su dolor la lleva a actuar así. Yo quise humanizarla, aterrizarla. ¿Cuántas Leticias hay en nuestras casas, en nuestras historias? Gente que no sabe cómo pedir amor y termina alejando a los que más quiere. Esa es la tragedia del personaje».
Esta reflexión demuestra la capacidad de la actriz para encontrar la conexión emocional entre su personaje y la experiencia humana común. Leticia se convierte así en un espejo donde muchos espectadores pueden reconocer patrones familiares de comportamiento, transformando lo que podría ser un simple entretenimiento en una experiencia de reconocimiento y catarsis.
Aunque Regreso al corazón ha catapultado a Soriano al reconocimiento masivo, su carrera tiene bases sólidas, sobre todo construidas a lo largo de años de trabajo en el teatro.
En ese ámbito, donde ha vivido la mayor parte de su trayectoria, ha participado en producciones como Insultos al Público, Traslado, El Talmud de Babilonia, Balada del pobre B.B., La Ronda, Antígona y Nacimiento de palabras, muchas de ellas bajo la dirección del genial Alexis Díaz de Villegas, con quien fundó Impulso Teatro en 2015 y quien fuera su esposo.
Su experiencia televisiva incluye participaciones en series como Sala O, Unidad Nacional Operativa UNO, Tras la huella y Rompiendo el silencio, donde interpretó a Susej, una mujer víctima de abuso que terminaba cometiendo un asesinato.
El éxito de la actriz de 35 años en Regreso al corazón trasciende el simple reconocimiento. Su Leticia se ha convertido en un fenómeno que genera conversaciones en redes sociales, debates familiares y análisis críticos. La también directora de Impulso Teatro ha logrado que un personaje aparentemente antipático se vuelva comprensible y, en muchos casos, empático.
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