En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Ponce 1993, el deporte cubano sufrió la mayor estampida de su historia en un evento internacional. Poco más de 40 integrantes de la delegación antillana, entre atletas, entrenadores, árbitros y federativos, decidieron no regresar al país. A pesar de todas esas bajas —varias ocurrieron sin que llegaran a competir los deportistas—, la Isla finalizó, cómodamente, en la primera posición del medallero general por naciones, con 364 medallas, 227 de oro.
Uno de los representantes que abandonó la comitiva antillana en Puerto Rico fue el judoca Boris Arencibia, quien se tituló en la división de 56 kilogramos, tras vencer en la final al boricua Luis Martínez, campeón en la edición precedente, efectuada en México (1990). En el momento de tomar esa decisión, Arencibia tenía 20 años.
“Recuerdo que estábamos en un restaurante cuatro miembros del equipo de judo y todos dijeron «nos vamos a quedar» (…) Entonces dije, «pues si ustedes lo hacen, yo también». Al final, el único que desertó fui yo. Pero Dios sabe por qué hace las cosas”, declaró en una entrevista a El Nuevo Herald en 2009.
Antes de desvincularse del movimiento deportivo cubano, Boris, según su perfil en Judo Inside, fue doble monarca nacional (1991 y 1993) y bronce en 1992, y en el Torneo Internacional José Ramón Rodríguez in Memoriam (celebrado en la mayor de las Antillas), de 1992, concluyó tercero. Luego, en el Campeonato doméstico de Estados Unidos, en 1994 (efectuado entre el 8 y 9 de abril en la ciudad de Irvine, California), terminó en la tercera plaza de los 60 kilogramos.
“No quise continuar porque, como no era ciudadano, no podía competir en eventos internacionales. Con lo que había ahorrado, decidí establecerme en Puerto Rico, sin saber que iba a vivir una etapa increíble”, dijo al periódico miamense.
Según dicho medio, el pinareño se convirtió en uno de los pilares que lanzó al estrellato a figuras entonces casi desconocidas como Daddy Yankee, Wisin y Yandel, y Calle 13; y su discoteca Liquid devino punto obligado de visita para todo el que quería escuchar reguetón en la Isla del Encanto.
Años más tarde creó la empresa Caribe Promotions, fundada con el propósito de impulsar las carreras profesionales de boxeadores antillanos como Guillermo Rigondeaux, Yordanis Despaigne, Yuniel Dorticós y Yudel Johnson.
Cerca de cumplir 50 años, el empresario cubanoamericano continúa vinculado al mundo de la farándula y ha trabajado con los cantantes Tekashi 6ix9ine, Tito El Bambino, Lenier Mesa, entre otros. De acuerdo a lo dicho por él mismo, fue el organizador principal del Santa María Music Fest, recientemente desarrollado en Cuba.
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