Los cubanos hablamos un español to’ mezcla’o con otras lenguas también fusionadas provenientes, en general, de África, Europa, Asia y de aquí, el archipiélago que todos conocen por estar en el centro del Mar Caribe.
Si hay tres fechas históricas que sabemos los antillanos de memoria es la llegada de Colón a América (1492), el inicio de la luchas independentistas (1868) y el triunfo de 1959, pero antes de esos acontecimientos, Cuba era territorio de poblaciones aborígenes, y desde ellos debemos comenzar a preguntarnos ¿POR QUÉ HABLAMOS ASÍ?
En lo adelante proponemos falsas creencias, origen, significado y curiosidades de un grupo de palabras distintivas del español hablado en nuestro país. Te sorprenderás al descubrir que algunas son más antiguas de lo que imaginas.
¿Bobos los pinareños?
Los tres grupos aborígenes de mayor significación en Cuba fueron los siboneyes, taínos y guanahatabeyes. Estos últimos, habitaban en lo que hoy es la Península de Guanahacabibes (Pinar del Río), pero ¿qué relación tienen con que a los pinareños los etiqueten de bobos?
El topónimo de Guanahacabibes está formado por las partes cabibes (cueva) y guanaha, la cual se asocia léxicamente con guanajo, palabra que define a una especie de aves y, además, se utiliza para describir a alguien tonto.
Decir que este argumento es la razón por la que los pinareños son históricamente conocidos como bobos es arriesgarnos a difundir una noticia falsa. Primeramente, el término no se relaciona con la lengua aruaca de los guanahatabeyes y, segundo, no se tiene conocimiento de la existencia de la especie avícola antes de la llegada de los conquistadores.
Rastros de los habitantes originarios
Muchas palabras referidas a plantas, alimentos y animales fueron adquiridas de la lengua aruaca, tales como jaba, tabaco, ceiba o cocuyo. En cambio, existen otras en la actualidad cuyo significado es completamente diferente. Sucede con guaniquiqui: mientras para los indígenas era la fibra vegetal usada para hacer calzado, hoy se utiliza para referirse al dinero.
«Un más, dos más, tres palos…»
La cultura africana, introducida y reinterpretada en la Isla, aportó una amplia variedad de palabras. Un ejemplo es el popular vocablo palo, mejor entendido en la construcción “echar un palo” y aún más popularizado por el repartero Chocolate MC en las pistas Palón Divino y Palito Presidiario.
En la época colonial, entre las labores de los esclavos estaba la de recolectar los palos que encontraban en el campo y llevarlos a los tumbaderos, lomas de leña cortada para usar en la producción azucarera. Era allí donde los esclavos veían una oportunidad para realizar el acto sexual, lejos de la reglas de sus dueños. Entonces, la expresión.
Un plus (+)
La esclavitud, la difícil vida en las plantaciones y la producción azucarera fueron situaciones que motivaron el desarrollo de vocablos y signos que luego se usaron para describir la sexualidad.
Además del mencionado “echar un palo”, existen otras frases como “dar un cuerazo”, “buena hoja” o “templar”.
El escritor José Lezama Lima encontró la forma más perfecta para describirlo en su novela Oppiano Licario:
«… templar es la coincidencia adecuada de los acordes, es, como dice Cervantes, música de entre sueños. Así el acto sexual para el cubano es como comer en sueños; el bosque, la raíz y la bondad de lo que comemos y el acto posesivo están unívocos en su imagen, templados los humores en el sueño».
El lugar más italiano de la Isla
Mantua, municipio de Pinar del Río, tiene uno de los nombres más peculiares de la geografía del país, pues no proviene del español ni de alguna otra lengua aborigen o africana, como es común.
Existen varias especulaciones en torno a su origen. Una de las historias que han llegado hasta nuestro tiempo es la de un grupo de italianos guiados por Antonello Fiorenzano que naufragaron y sin más remedio, se asentaron en el territorio. Otra nos cuenta sobre corsarios italianos arrinconados por los ingleses y que, para defenderse, prefirieron ocultarse en estas tierras.
Sea como sea la historia, en Mantua existe la tradición de honrar a la Virgen de las Nieves, propia de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.
Nombre por marca
Uno de los hábitos más comunes del habla de los cubanos es llamar a los productos por el nombre de las marcas comerciales. Muchos ni siquiera saben el nombre real del objeto, tanto así que no solo se emplea para designar una marca específica sino cualquier producto con igual utilidad.
Es este el caso de términos como «curita», «luz brillante», «fab», «yale» , etc.
De los mambises
¿Quién en Cuba no sabe qué es un mambí? Lo desconocido es el origen del calificativo; una denominación usada de manera despectiva por los españoles de la metrópoli. La raíz de este vocablo es imprecisa, aunque se conoce que fue empleado con anterioridad en la isla de La Española.
El escritor Miguel Barnet, en la novela Biografía de un Cimarrón, lo define: “Mambí quiere decir hijo de mono y de aura. Era una frase molesta, pero nosotros la usábamos para cortarles la cabeza”.
Las propias destrezas de los mambises cambiaron el significado de la palabra de humillante a valerosa.
Ya conoces algo más sobre el español-cubano. Te invitamos a compartir en los comentarios vocablos que escondan historias igual de interesantes que estas.
Bueno no es una palabra del español-cubano, aunque nosotros los cubanos la usamos mucho, pero OK, que tanto se usa para querer expresar que todo está bien, que estás de acuerdo con algo, tiene mucha historia según he leído y me han contado, por ejemplo me explicaron que se utilizó en la guerra civil estadounidense por los soldados que no hubo muertos en una batalla «0 killed» (cero muertos)