«Chief of War», la brillante serie con la que Jason Momoa se supera honrando su legado

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Jason Momoa se ha ganado al público mundial gracias a roles como los de Khal Drogo (Game of Thrones, 2011), Baba Voss (See, 2019-2023), Aquaman (2018) o Conan (2011). Sin embargo, este carismático sujeto no había conseguido hasta ahora que compromiso y talento fueran reconocidos a la altura de su popularidad.

El pasado 1 de agosto llegó a la plataforma de streaming Apple TV+ la miniserie Chief of War, protagonizada y escrita —junto a Thomas Pa’a Sibbet y Doug Jung— por Momoa, en un intento colosal por retratar una franja espacio-temporal y cultural que nunca antes había importado demasiado en Hollywood.

Para el resto del mundo, Hawai y sus áreas adyacentes son poco más que un destino de ensueño vacacional. Allí han tenido lugar historias de todo tipo, aunque casi siempre (excepto en Lilo & Stitch, de 2001), estas han involucrado a un gringo “salvador” como estrella.

No obstsnte, esta vez, el bueno de Momoa y sus colaboradores se atrevieron a presentarnos una producción llena de realismo, guerra y sangre, a través de la cual honran la tierra de sus ancestros, sin precedentes en el audiovisual mainstream.

La propuesta de turno nos lleva a finales del siglo XVIII para recrear los hechos que llevaron a la unificación de Hawai’i, O’ahu, Maui y Kaua’i, los cuatro reinos/islas principales del archipiélago hawaiano.

El gran protagonista del relato es la figura real de Ka’iana (Momoa), un jefe guerrero que recorrió el mundo y regresó a su hogar. Una vez de vuelta, este personaje se unió al futuro rey Kamehameha (Kaina Makua) para tomar parte en el proceso histórico más relevante en la historia de esa área geográfica.

Pero esta no es una aventura de héroes y villanos clásicos, sino la representación dual de un conflicto territorial y el posterior choque de culturas que significó la apertura definitiva de Hawai al resto del mundo.

Por un lado tenemos las luchas internas entre caudillos deseosos de imponerse por la vía violenta y otros enfocados en liderar a sus pueblos mediante la diplomacia o el diálogo. De manera simultánea, asistimos a la colisión entre estas islas del Pacífico y la civilización occidental, un proceso mediante el cual se revisita el fenómeno del colonialismo desde una mirada rica en matices.

Es justo decir que en esta serie, Momoa se supera como artista. Lo primero a destacar es su desempeño en escena, aspecto donde vuelve a rebosar intensidad y magnetismo, virtudes complementadas por una sensación de compromiso que eleva aún más su trabajo.

El elenco cuenta con otros intérpretes como Luciane Buchanan, Brandon Finn, Temuera Morrison, Te Kohe Tuhaka, Mainei Kinimaka, Te Ao o Hinepehinga, Cliff Curtis, Siua Ikale’o, Benjamin Hoetjes, Branscombe Richmond y James Udom, entre otros. Todos ellos logran darle vida a caracteres que, dosis de ficción aparte, encarnan con mucho mérito la época que le tocó vivir a sus antepasados.

En lo que debe ser el proyecto más personal de su carrera, el nacido en Honolulu, Hawai, oficia además en calidad de co-guionista. Esta decisión tan osada le permite rendir un profundo homenaje a sus orígenes, sin sacrificar la organicidad y altura de la obra.

A diferencia de la mayoría de producciones estadounidenses, la miniserie está mayormente en idioma hawaiano. Igual que hiciera Mel Gibson en sus filmes como The Passion of Christ (2004) o Apocalypto (2006), esta decisión de los creativos complementa el excelente trabajo de dirección de arte y le da un toque muy genuino a la propuesta.

La ofrenda de este hijo hacia sus raíces hawaianas viene acompañada de elementos narrativos y cinematográficos que conjugan sustancia y entretenimiento de forma coordinada.

El menú que es Chief of War hace un delicioso aprovechamiento de las maravillas naturales de estas islas. Nutre un argumento repleto de intrigas, crudas secuencias de acción, diálogos competentes y un subtexto que reivindica el valor de lo local en un mundo globalizado en exceso.

Si algo es justo resaltar de esta serie es cómo logra darle visibilidad a una cultura que sólo habíamos podido apreciar de forma incompleta. Esta vez, el mundo hawaiano se palpa como un entorno real y vivo. Se habla la lengua nativa y la recreación de época resulta creíble.

A falta de que se estrene el noveno y último episodio de su única temporada (19 de septiembre), no sería descabellado reconocer a Chief of War entre las series más interesantes del año.

Tal vez no supere los momentos sublimes y descarnados de AdolescenceSeverance, pero hay en ella un halo de verdad que la hace igual de válida a ojos de cualquiera con un mínimo de sensibilidad. Por eso, y solo por eso, Hawai y la familia Momoa deberían estar orgullosos.

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