La historia de la famosa canción cubana que se volvió sinónimo de crímenes

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En la lista de las canciones que más representan a Cuba, La guantanamera, original de José Fernández Díaz (5/9/1908- 11/10/1979), más conocido como Joseíto, es posiblemente la más famosa y difundida en todos los rincones del mundo.

Alrededor de esta melodía inmortal, existe un fenómeno que algunos desconocen y que vinculó la composición de Fernández con hechos de sangre.

Todo comenzó en 1943, cuando la cadena radial CMQ compró los derechos de La Guantanamera para usarla de forma exclusiva en el programa El Suceso del Día. En ese espacio, Joseíto y Nela Cruz, alias La Calandria, interpretaban las décimas de Chanito Isidrón, mediante las cuales se introducían los hechos noticiosos que a continuación serían dramatizados en el espacio. De esta forma, se volvió popular la frase “le cantaron la Guantanamera”, para referirse a los frecuentes sucesos de la crónica roja que allí eran narrados.

Luego de una década de éxito, en 1957 El Suceso… salió del aire. Sin embargo, aquello no mermó la “pegada” del tema, pues a partir de los años 50 cambió su significado y trascendió en conjunción con el cubano más grande de todos los tiempos.

El autor José Ángel Téllez Villalón reflejó en uno de sus textos la anécdota que contó Fernández a la revista Bohemia, acerca del surgimiento del tema. Según ese testimonio, Rivero le pidió al autor habanero una guajira para cerrar un programa de la emisora CMCO, a lo que él contestó:

“Haz un paseo aguajirado en La mayor que yo entonaré un fácil estribillo sobre el cual haré algunas copias improvisadas”. Era el año 1928 y nacía un himno cuyo éxito resonaría en los cinco continentes.

En torno a su versión final hay muchas curiosidades. Una de ellas refiere que la canción original no hablaba de ninguna región en específico, sino que la adaptaba al gentilicio que tuvieran las mujeres de cada lugar en donde actuaba. El título surgió del romance entre Joseíto y una mujer del Guaso.

“Ella me traía flanes, cositas de comer (…) Ese día me sorprendió hablando con otra y se fue indignada (…) Entonces yo agarré el micrófono y canté como nunca: ‘Guantanamera, guajira guantanamera’…”, relató el músico en una oportunidad.

A pesar de ser una canción que contó siempre con aceptación masiva, Joseíto quiso preservarla como parte del legado cultural de su nación. En una oportunidad, el Consulado de Estados Unidos le ofreció un cheque en blanco para comprar los derechos universales de la composición. Entonces, el artista se negó, alegando que aquello era propiedad del pueblo. Este gesto le costó que la marca de jabón Crusellas, con la cual tenía contrato desde 1943, le cesara el patrocinio.

Varios años después, en los 60, La Guantanamera alcanzó una nueva dimensión gracias al español Julián Orbón. Aquel músico radicado en la capital cubana, le adaptó varias estrofas de los Versos sencillos de José Martí, cuya métrica cazaba a la perfección con los ocho compases de la composición. De esta manera surgió una versión del hit que eventualmente se convertiría en un fenómeno cultural de escala planetaria.

El hecho definitivo que colocó este número en la cúspide de la popularidad global llegó de la mano de Pete Seeger. El cantante estadounidense conoció de la “edición martiana” durante una visita a un campamento de pioneros en la Isla. Poco después, el 8 de junio de 1963, el ídolo folk la tocó junto a su banda, The Wavers, en el célebre Carnegie Hall de Nueva York.

Más adelante, en 1966, otro grupo de música folk, llamado The Sandpipers, hizo su propio cover de La Guantanamera y de esta forma contribuyó a engrandecer aún más su impronta.

Varios años más tarde, en 1971, Seeger y Fernández pudieron conocerse. El cubano agradeció a su colega por elevar aún más su creación y ambos llegaron a un acuerdo: tanto Joseíto como Orbón serían los beneficiarios de las regalías de la canción que él había “viralizado”.

Con el paso del tiempo, La Guantanamera saltaría las barreras de la radio y la televisión para ser usada en espacios tan inusuales como los estadios de fútbol. Los hinchas de todas las culturas se apropiaron de la melodía y volvieron a cambiarle la letra, ahora para generar cánticos con los cuales apoyar a sus equipos.

La canción cubana que se convirtió en uno de los cánticos de fútbol más famosos

En 2013, con el lanzamiento del conocido videojuego Pro Evolution Soccer (PES; ahora conocido como eSoccer), fue introducida una nueva versión del tema. Los intérpretes esa vez fueron El Bicho, Ojos De Brujo, Josemi Carmona, Huecco y Amparanoia, quienes le pusieron su especial toque flamenco.  

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