
El torpedero holguinero Yordan Manduley finalmente rompió el silencio sobre su inesperada salida de las canadienses Panteras de Kitchener, que, como publicamos recientemente aquí, ocurrió el pasado 28 de julio. Mediante una comentario en una publicación en la página en Facebook de SwingCompleto, el veterano pelotero cubano aclaró las circunstancias que rodearon su despido.
«Muchas gracias a todos por preocuparse por lo que pasó conmigo. A los que lo hacen de forma respetuosa y hablan bien de mí y a los que no también. No pasó nada, gracias a Dios no hubo ni indisciplina por mi parte, ni tampoco gracias a Dios fue por rendimiento. Solo fue que el DT metió a su hijo en el equipo y me dejaron libre. Muchas gracias a todos. No me gusta estar escribiendo mucho, pero para que se acabe la duda. Gracias», expresó Manduley en su mensaje.
La explicación del otrora miembro del equipo Cuba despeja las dudas que surgieron tras su despido, especialmente considerando la buena temporada que tenía con las Panteras en la Intercounty Baseball League. Al momento de su salida, Manduley ostentaba números que lo ubicaban como el segundo mejor bateador del conjunto (average de .328), y reunió 30 anotadas, 45 hits, cuatro dobles, cuatro jonrones, 18 impulsadas, nueve boletos, nueve ponches y once bases robadas en 13 salidas.
Su consistencia ofensiva era notable, ya que en sus últimos 10 partidos había conectado imparables y en apenas cuatro choques se había ido sin incogibles. Estos números hacían aún más incomprensible su liberación desde una perspectiva puramente deportiva.
La situación se aclara cuando se analiza el contexto de las incorporaciones que realizó el equipo tras la salida de Manduley. En ese entonces las Panteras dieron de alta a los pitchers Jacob Liberta y Ricardo Álvarez, así como al utility Isaiah Scott y al infielder Petey Kiefer. Este último detalle resulta clave: Petey Kiefer es hijo de Pete Kiefer, quien funge como manager y entrenador de pitcheo de la novena.
La declaración de Manduley sugiere que su salida estuvo motivada por consideraciones familiares más que deportivas, lo que plantea cuestionamientos sobre la meritocracia en las decisiones técnicas del equipo. El hecho de que un jugador con el rendimiento del holguinero fuera liberado para dar espacio al hijo del dirigente, genera controversias sobre temas de ética y nepotismo que no deberían ocurrir en el béisbol a ningún nivel.
Por otra parte, sobre Yordan y su futuro inmediato en la pelota cubana, trascendió que Irochis Bartutis, comisionado provincial de béisbol en Holguín, declaró a la Agencia Cubana de Noticias que si el torpedero desea regresar al béisbol nacional una vez terminado su acuerdo independiente, debería cumplir con la documentación necesaria para reinsertarse al contrato con la Federación Cubana de Béisbol.
La trayectoria de Manduley en su país natal respalda su calidad como pelotero. En 16 Series Nacionales promedia .316, con 1 630 inatrapables, 244 biangulares, 31 triples, 73 cuadrangulares, 675 remolcadas, 361 transferencias y 323 ponches. Su consistencia es evidente al considerar que en 15 campañas su average superó los .300, cifra que lo ubica entre los mejores bateadores de su generación en Cuba.
El caso de Yordan Manduley ilustra las complejidades que enfrentan los peloteros cubanos en su búsqueda de oportunidades en el béisbol profesional internacional. Su experiencia con las Panteras de Kitchener, aunque truncada por circunstancias ajenas a su rendimiento, demuestra que mantiene el nivel competitivo que lo caracterizó durante su exitosa carrera en el béisbol cubano.
La transparencia mostrada por Manduley al aclarar su situación contrasta con el silencio inicial que rodeó su despido, ofreciendo a sus seguidores y al público en general una explicación directa sobre los verdaderos motivos de su salida del equipo canadiense.
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