El 5 de agosto de 2016, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el deporte cubano vivió un hecho sin precedentes del que poco se ha hablado durante estos años: un atleta nacido en la mayor antilla del Caribe era el abanderado de otra delegación.
Yordanys Durañona García, exponente del triple salto, portó la enseña nacional de Dominica en el célebre estadio Maracaná. En aquella cita estival su país de acogida, tras cambiar de federación en 2011, estuvo representado solamente por él y la también triplista Thea LaFond, que seis años más tarde sería campeona mundial bajo techo en Glasgow 2022.
A pesar de que en el certamen en la urbe brasileña se fue sin marcar en el grupo A de la fase clasificatoria, el nacido en 1988 cumplió el sueño que tantos atletas persiguen durante toda una carrera.
Según un trabajo publicado por Néstor Calixto en el blog MunDeportes, Yordanys procede de una familia deportiva, pues su padre, Miguel Durañona, ya fallecido, fue uno de los mejores saltadores de altura de su época. De acuerdo con el material citado, este último llegó a ser recordista nacional de la especialidad y se convirtió en el primer cubano en superar la barrera de los dos metros. Incluso fue monarca de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, efectuados en Ciudad de Panamá en 1970, con registro de 2.06 m, plusmarca para esas justas y también cubana en su momento. El tío del atleta es el exbalonmanista Roberto Julián Durañona, que representó internacionalmente a Cuba, a la selección islandesa y también jugó durante varios años en la liga alemana, una de las mejores del planeta.
El joven es fruto de la prestigiosa escuela cubana de triple salto, que tantos exponentes ha colocado en diversas partes del planeta, y bajo el emblema de su país natal le aparecen resultados desde el 2005, cuando fue sexto en los Juegos del ALBA con marca de 15.71 m, escaño que mejoraría por un cuarto puesto, cuatro años más tarde, con 17.28 m, su mejor cota hasta aquel momento, pero con mayor viento a favor del permitido para hacerlo legal de cara a sus récords.
Mientras estuvo en la escuadra nacional no logró ningún otro resultado llamativo y después de casarse con Shernelle, una estudiante de medicina dominiquesa que se formaba en Cuba, se trasladó junto a ella hacia la pequeña isla caribeña, nación a la que comenzó a representar en 2012.
2014 fue el año que lo volvió a acercar a sus mejores rendimientos: con 17.20 m ganó un festival panamericano efectuado en la capital mexicana; se llevó el bronce en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz y fue octavo en los Juegos de la Mancomunidad, donde participan los países que comparten lazos históricos con el Reino Unido.
Entre su palmarés también resaltan un título en el certamen regional de NACAC (2015), donde intervienen representantes de naciones de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, y una medalla de plata en los Juegos de la Mancomunidad (2018).
En sus dos últimas temporadas competitivas (2020 y 2022) se presentó en certámenes en la modalidad de salto largo en Canadá, país donde ha residido en los años más recientes, y obtuvo registros bastante discretos.
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