Tan pronto como en el primer mes de este año, la parca se llevó a dos personajes de gran impacto en el béisbol mundial. Primero fue Tom Lasorda, el día 7; luego Hank Aaron, el 22. Entre esas dos muertes, la pelota cubana sintió el fallecimiento de uno de sus entrenadores más capacitados luego de 1959. El 17 de enero ocurrió el deceso de Francisco Lázaro Escaurido Chappelles, preparador habanero nacido el 20 de diciembre de 1948 y que dedicó más de la mitad de su vida al béisbol santiaguero, fundamentalmente.
La noticia de su pérdida, no obstante, sufrió una escasísima divulgación por los medios de prensa estatales, pues solamente en el Noticiero Nacional de Televisión, en su emisión del mediodía de ese domingo, se hizo alusión de forma sucinta. Sorprendió que ni el sitio deportivo digital Jit ni el periódico provincial de Santiago de Cuba, Sierra Maestra, abordaran tan lamentable información.
Fue a través de las redes sociales, en especial Facebook, donde la noticia de la muerte del estratega de 72 años tuvo mayor difusión, generalmente en grupos de béisbol. Numerosos exjugadores y amigos publicaron comentarios acerca de su persona, entre ellos el del periodista santiaguero José Raúl Castillo Argüelles: “un entrenador de excelencia que consagró gran parte de su vida al desarrollo de nuestro deporte nacional. Hombre de bien, admirado y respetado por cuantos tuvimos la dicha de conocerlo. Lamento profundamente este lamentable desenlace”.
El 17 de enero, su hijo, Francisco Escaurido Soca, publicó en su perfil de Facebook: “hoy falleció el hombre más importante de mi vida, mi padre, a quien le debo todo lo que soy. Mis convicciones, valores y fuerzas ante las adversidades. Insuperable como padre, esposo, amigo. Solo diré que el dolor que siento me supera”.
Más adelante escribió: “por otro lado, como siempre, las noticias oficialistas. Gloria deportiva, más de 50 años dedicados al deporte nacional, ganador en todas las categorías y campeonatos, siempre fiel a su pueblo y solo una nota deprimente, rápida, escueta, como para salir del paso, y encima inexacta. Mi padre era habanero, del Cerro, y no murió en Santiago de Cuba, sino en su ciudad natal”.
Quizás el primer gran momento en su trayectoria como entrenador fue haber pertenecido al colectivo técnico del equipo Cuba que se proclamó campeón en el Mundial de República Dominicana 1969, donde finalizó invicto en diez salidas y derrotó por la primera posición al conjunto de Estados Unidos, 2-1, en gran medida gracias a la memorable actuación del matancero Gaspar “Curro” Pérez. El manager triunfador fue Servio Borges, que en aquel entonces tenía 21 años.
El primer director de Santiago de Cuba en la Serie Nacional fue Escaurido, durante la temporada 1977-78, en la que finalizó en el lugar 12, con balance de 25-25. Esa fue su única campaña como mentor de elencos santiagueros, pero antes se desempeñó al frente de Mineros (1969-70 y 1976), Orientales (1973-74) y Serranos (1974-75).
En las últimas dos décadas, su nombre estuvo mayormente asociado a las funciones de auxiliar de planteles indómitos y cubanos. Entre sus principales competiciones internacionales están los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008 y la segunda edición del Clásico Mundial de béisbol, en 2009 (el otro coach fue el capitalino Carlos Cepero).
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