El 30 de julio de 2016, en la web de ESPN aparecía una publicación con el siguiente título: Dos niños de equipo cubano desertan en Dominicana. Poco tiempo después, varios medios se hicieron eco de la noticia, que causó cierto revuelo en el entorno beisbolero de la región, debido al contexto en que se produjo la fuga de Roberto y Raúl Campos Proenza, de 13 y 14 años respectivamente, según la información.
De acuerdo con el texto firmado por Enrique Rojas, «los niños subieron a un vehículo todo terreno después de despedirse de sus amiguitos». Ambos se hallaban en territorio quisqueyano disputando el Torneo Internacional Punta Cana, y se marcharon luego del partido final en el que la escuadra cubana aseguró el primer puesto. Roberto, antesalista, fue elegido como el más valioso de la justa.
«Inicialmente recibimos la denuncia de un posible secuestro, pero luego de las primeras investigaciones determinamos que los niños fueron tomados por sus familiares», declaró un oficial de la policía al medio estadounidense.
Por su parte, Noel Tortoló, entrenador del equipo de la mayor de las Antillas, interrogado por ESPN, dijo: «me comuniqué con Tamara Proenza, la madre de los niños, y luego de algunas evasivas me dijo que estuviera tranquilo, que los niños están con su padre, Yunier Campos. No sabíamos que el padre estaba en República Dominicana. Aparentemente organizó todo desde Cuba o viajó solo a Santo Domingo».
Poco más se supo en los meses siguientes. Lo más lógico que podría suceder en ese caso era que ambos infantes, en determinado momento, se pusieran bajo las órdenes de algún representante, con el objetivo de que este les buscase una oportunidad para presentarlos en un showcase ante alguna o varias organizaciones de Grandes Ligas.
Reseña Detroit Free Press que Oliver Arias, director de la Academia Dominicana de Detroit, estaba scouteando a algunos prometedores jugadores cubanos en aquel evento. Primero se fijó en el habanero Raúl Campos, quien se desempeñaba como torpedero. Luego sería su hermano menor quien lo deslumbraría.
En ese propio trabajo periodístico aluden a la trayectoria en las categorías menores de Roberto: a los 10 años integró el Cuba por primera vez; a los 12, en un torneo, bateó .600 con cuatro vuelacercas; en 2016 viajó a un certamen en Orlando, Florida, y terminó de 20-15″. En esa ciudad comenzó a gestarse su salida.
Después de abandonar la selección nacional en Dominicana, comenzó a entrenar en ese país en la Academia Universal de Béisbol, bajo la tutela del exjardinero cubano de los Tigres, Alex Sánchez. En julio de 2019, Roberto firmó con los de Detroit por un bono de $ 2.85 millones, el más alto del equipo para un jugador amateur internacional (el quinto más elevado de aquel período). Antes del acuerdo, su nombre había sonado poco en los listados de figuras prometedoras. No muchos seguidores del béisbol cubano habían escuchado algo sobre él. Pese a ello, según sus padres, los Diamondbacks, Reds y Red Sox también pusieron sus miradas en el talentoso capitalino, considerado luego como el mejor de su generación.
Miguel Garcia, el director de esa franquicia para Latinoamérica, quien tuvo gran protagonismo en el pacto de Miguel Cabrera con los Marlins en 1999, dijo sobre Roberto: “me siento lo suficientemente afortunado de poder ver a Miguel Cabrera cuando tenía 15 y cuando tenía 16, y Roberto Campos, para mí, es lo más parecido que he visto a Cabrera cuando tenía esa edad ”.
Los expertos aseguran que el joven batea con gran fuerza hacia todos los ángulos del terreno. Además de ello, posee un buen brazo, algo que podría convertirlo en un excelente jardinero derecho. Jesse Sanchez, una de las voces más respetadas del béisbol, también ofreció sus impresiones sobre el talentoso antillano: «muestra una gran disciplina sobre el plato. Puede comenzar en la antesala y luego ser movido hacia el outfield mientras vaya creciendo».
Se esperaba que en este 2020 pudiera jugar en la Liga de Verano Dominicana (DSL, por sus siglas en inglés), certamen que sirve de medidor a la hora de recolocar a los prospectos en los diferentes niveles del béisbol en Estados Unidos, pero esa competición no se disputó a causa de la situación provocada por la COVID-19.
Podría haber sido ese el primer escalón en la promisoria carrera del cubano de diecisiete años. Habría que esperar para ver si en 2021 la gerencia decide enviarlo a Quisqueya o si, por otro lado, lo mandan a disputar la Gulf Coast League, torneo de nivel rookie dentro de las Ligas Menores de EEUU. En la web de MLB lo colocan como el prospecto No. 20 de los Tigres (es el de menor edad que aparece en el escalafón), en una lista que encabeza el infielder Spencer Torkelson. Se espera que pueda llegar a las Mayores dentro de cuatro o cinco temporadas.
P.D: ¿Qué sucedió con Raúl Campos?
A mediados de 2018 firmó con los Marlins. Fue un receptor con números ofensivos aceptables en la categoría sub-15 en Cuba. Luego terminó jugando en el campocorto y en esa posición convenció a los scouts de los peces. En 2019 participó en la DSL y en 131 turnos conectó solo 21 imparables (dos dobles, un triple y un cuadrangular), números que le valieron para un pobre average de .160. Tuvo un OBP. de .231 y SLG de .214. En su perfil en Baseball Reference lo colocan como segunda base y patrullero izquierdo.
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