(Primero quiero agradecer los comentarios de Frank, Michel, Raquel, Agustín, JC Horta y mis colegas de Troncoso 3, luego de leer mi trabajo anterior)
La columna de la semana pasada me trajo inesperadas sorpresas. A mi modo de ver, no es de las mejores que he escrito, pero horas después de haberse publicado tenía varios comentarios en mi página de Facebook y en el grupo de WhatsApp de amigos del pre.
Varios fueron los elogios a la selección de temas, cosa que agradezco, pues creo que se quedaron fuera buenos ejemplos. Y otros generaron cierto “ruido” y conversaciones sobre lo que alguien llamó alguna vez «gimnasia intelectual». Michel, por ejemplo, preguntó sobre los featuring y más tarde, Agustín, músico de verdad, vino en mi ayuda.
Me di cuenta, entonces, de que no había explorado todas las posibilidades en el texto y que, de pronto, se abría la oportunidad para una secuela, o una especie de continuación o segunda parte, más que una secuela. Para ello, me pondré una vez más el traje de profesor y haré algo similar a los primeros minutos de clases donde se aclaran dudas que quedaron o surgieron a partir de la anterior.
Recapitulando: un dúo ocasional es una unión profesional o afectiva -o ambas- creativo-interpretativa, coordinada o fortuita. Es también ¿por qué no? coyuntural, sobre todo si se produce por criterios económicos… pero siempre estos dúos son temporales y no permanentes. En lo artístico, se asume que cada elemento aporte más o menos un 50%, por lo que las “relaciones de poder” tienden a ser equitativas.
Muy ilustrativo es este dúo en que Daryl Hall invita a su casa a Smokey Robinson, legendario compositor e intérprete asociado por años a la disquera de música negra Motown (¿recuerdan el artículo sobre el soul de ojos azules?) El 50-50 se puede ver desde varias perspectivas: por un lado, Hall y Robinson se alternan para cantar estrofas de cada canción; por el otro, se ha escogido un tema de cada uno de ellos.
Modestamente, pienso que la segunda no parecía estar en el programa, pero como los acordes son prácticamente los mismos, Daryl concluye su Sarah Smile con las notas introductorias de Ooo Baby Baby de Smokey. Me erizo con ambas interpretaciones, sobre todo con la transición de un tema a otro.
Sobre el comentario de Michel, me atrevería a afirmar que los featurings -¿cuál será la palabrita correcta en español?- no son necesariamente dúos ocasionales: el término anglosajón relega a un segundo plano al nombre que viene después, no importa si es, como diría un amigo, “más monstruo” que el que lo invitó. Las “relaciones de poder”, en este caso, son diferentes.
Un ejemplo sencillo de featuring es este solo instrumental de Kenny G en el tema del filme St Elmo´s Fire, compuesto e interpretado al piano por David Foster. Fíjense cómo al final el talentoso saxofonista da las gracias a su anfitrión.
Por otra parte, un ejemplo complicado de featuring es Inmortality, compuesta por los hermanos Gibb para Celine Dion. En el corte del álbum Let’s Talk About Love es obvio que Celine invitó a Barry, Robin y a Maurice… y que, además, aparecen -como fantasmas- en el correspondiente videoclip.
Sin embargo, los papeles parecen invertirse en el concierto One Night Only de Las Vegas en 1997. Ahí apreciamos una suerte de Bee Gees featuring Celine Dion, aunque la interpretación apunte a lo contrario.
Casi concluyendo este refresco -como diría uno de mis profes- traigo el interesante caso de las voces acompañantes, que no llegan a ser dúos ocasionales y sí un poquito de featuring. Puede que, en alguna medida, este término sea una evolución contemporánea del término backing voice, sobre todo cuando no se trata de una voice cualquiera. Sin embargo, la descripción del “puesto de trabajo” que sigue apareciendo en las carátulas de los álbumes es la denominación vieja y no la nueva.
Así, vemos como Michael McDonald -¿otra vez? ¿y por qué no?- se une a Toto en I´ll be over you; sin embargo, su nombre no aparece por ninguna parte en el clip y solo los familiarizados con su apariencia o voz podrán identificarlo.
Pero uno de los casos más interesantes es el solo que hace en Shower the People Arnold McCuller, voz acompañante regular de Phil Collins y de James Taylor (en este video) y que termina robándose el show. Nota adicional: en las tumbadoras está el cubano Luis Conte, a quien ya dedicamos un artículo anterior.
Para cerrar, dejo como evaluación de contenidos esta grabación inusual entre dos monstruos que fueron amigos en la vida real: Michael se embasaba por largos períodos de tiempo en la casa de Barry en North Beach Road, Miami, mientras que el mayor de los Gibb bautizó a uno de sus hijos con el nombre del Rey del Pop… ¿Y por qué la tarea? Bueno, fíjense que el clip se identifica como Michael Jackson feat. Barry Gibb. Entonces, como diría Estervina, “¿Dónde quedo yo?”
PD: Si creen que hoy se me fue la mano con los Bee Gees… apliquen el teorema con el que concluí la semana pasada.
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