Mariela Flores Iriarte nació en La Habana. De niña siempre fue muy sociable, se le daba bien entablar conversación: “no me gusta tener a alguien al lado y no socializar”. Aún lo es, y a partir de ello nació esta entrevista. Obtuvo una licenciatura en Biología, carrera que compaginó con el canto.
Sin embargo, en su vida hay dos cuestiones que la definen de otra forma:
- Got Talent España: fue finalista de la cuarta edición.
- Manane: agrupación musical y estudio de grabación (Manane Records) que fundó en Cuba.
La primera vez que Mariela me contó sobre su paso por el concurso de talentos, su esposo reprodujo un fragmento en el que ella terminaba de cantar, y Risto Mejide, uno de los jueces más críticos de la televisión española, le decía: “eres pura elegancia”. Al instante, Flores me dijo: “ahí lo que él no sabía es que yo nací en San Miguel”. Siempre tuve claro que debía mencionar esa especie de gesto.
De Mariela ya te habíamos hablado en Cubalite en 2019, un año en el que acaparó la atención de varios medios.
Una cubana llega ‘in extremis’ a la final de Got Talent España
Su paso por el talent show de la cadena española Telecinco es bien conocido. Una amiga la inscribió. Viajó gracias al vínculo familiar con su abuela asturiana, a quien dedicó su primera actuación. Somewhere, del musical West Side Story; I have nothing, de Whitney Houston; y La Vie en Rose, de Édith Piaf, fueron las tres canciones que interpretó: casting, audición y final, respectivamente. Mariela obtuvo, de manera unánime, el pase de oro para el último programa.
Más allá de estos detalles, nos compartió algunas anécdotas de esa etapa:
“Los viajes a Madrid eran largos. En uno de esos vuelos, al entrar al avión me encuentro una fila de cuatro asientos y me predispuse, pero cuando despegó, solo estábamos otra muchacha y yo, cubana igual, una en cada punta, y empezamos a hablar. Me comenta que iba a una competencia en Rotterdam. Era Dailín Belmonte, corredora de largas distancias. No la conocía y le digo que yo también debía competir. Como las dos teníamos que llegar descansadas, compartimos el espacio y fue una bendición.
“Al llegar a Madrid para la final, me recogieron directo en el aeropuerto y me llevaron para el escenario a hacer pruebas. Me encaramaron en un columpio: la idea de la presentación era bajarme desde lo alto del escenario e ir cantando durante ese proceso. Por suerte se arrepintieron, aunque lo que finalmente se hizo impresionó a los jueces.
“En cada etapa me enfoqué en divertirme y pasarla bien. En la cola del casting, entre más de cuatro mil concursantes, había un grupo que bailaba salsa y de repente escuché que ponían música de Manolito Simonet y los busqué. Yo, especulando como cubana, bailé y me entretuve cantidad.
“Los ensayos allá en España los pude hacer gracias al apoyo de muchos amigos. Estuve en una iglesia, en Extremadura; me daban las llaves de dos a cuatro de la tarde. También me preparé en los almacenes de una amiga que tiene un negocio de venta de aceite; entre los galones, yo cantaba a todo pecho y a todo volumen sin molestar a nadie. Un día fui al parque del Retiro en Madrid, a la hora de la siesta, y estaba lleno de personas durmiendo. Intenté cantar bajito, pero me tuve que ir”.
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A partir de aquí, hablaremos de y con Mariela, pero también sobre su esposo, Miguel Ángel Wong. Juntos fundaron Manane (primera sílaba del nombre de ella y apodo de él).
Manane es una agrupación musical, y Manane Records, un estudio de grabación. Ambas iniciativas llevan la esencia de la pareja: seriedad, profesionalidad y talento.
“Los grandes estudios solo graban con reconocidos artistas”, pero hoy, dice, “estamos convencidos de que es la mejor decisión que hemos tomado en la vida”. Lo crearon desde cero: diseñaron, planearon, estudiaron acústica y buscaron cada material, instrumento o estructura empleada; algunos elementos fueron reciclados y otros traídos de sus viajes al exterior. Después de organizarlo a su gusto, pensaron qué les gustaría que tuviera un sitio donde ellos se sintieran a plenitud y lo llevaron a la práctica.
Mientras Miguel Ángel, productor y compositor, se encarga de los arreglos musicales, Mariela lleva la gestión administrativa, como resultado de lo aprendido en cursos de CubaEmprende.
Pero el trabajo de Manane Records no solo se restringe a la grabación. Abarca todo el proceso de pre y postproducción. Atiende la masterización y la distribución. Además de la disponibilidad de instrumentos y asesorías, entre sus principales fortalezas están la colaboración y el intercambio. “Tenemos lo que denominamos Banco de Tiempo y es para dedicarlo a intérpretes que graban para nosotros y luego, a cambio, le ayudamos con su proyecto personal”.
En 2017 apareció el primer producto de este sello, el álbum Camino Viejo, de Manane y Amigos (coproducción cubano-canadiense), cuyo lanzamiento oficial se produjo en 2018, en Sherbrooke, Canadá. “Gustó mucho por allá, y tiene toques más jazzísticos y menos pop”.
Es imposible hablar de la obra de Manane Records y desligarla de la actuación de Mariela en el Got Talent España. Este estudio estuvo implicado en la música grabada que se presentó en el concurso.
El 2020 lo empezaron con mucho ímpetu. El 5 de marzo, pocos días antes de la confirmación de los primeros casos de coronavirus y la posterior cuarentena, efectuaron su primer concierto: Bandas Sonoras, en el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes. “Lo realizamos en coproducción con la Consejería Cultural de la Embajada de España. El teatro se llenó y planeamos repetirlo en otros lugares como el Teatro Martí o la Fábrica de Arte Cubano, con el objetivo de traer la experiencia de Got Talent. Aunque mucha gente siguió el concurso a través del paquete y de las redes sociales, yo lo viví sola. Mi familia no pudo ir. Tuve que estar sola en todo momento y tenía deseos de replicar eso aquí”.
En su última presentación en vivo antes de la pandemia, Manane hizo un guiño a bandas sonoras de filmes como Una novia para David, La vie en rose, Hable con ella, o la novela brasileña Cabocla. “Las actuaciones en vivo se extrañan. Somos artistas que creamos para el público y la retroalimentación e interacción nos alienta”.
Mariela afirma que nada de eso hubiese sido posible sin el apoyo de entidades y personas como Santos Toledo, H&W Studio, Eikon Habana, Juanky´s Pan, el departamento de Comunicación del Museo Nacional de Bellas Artes, entre otros.
Cuando todo parecía marchar a la perfección, llegó la pandemia. “Lo primero que hicimos fue cerrar el estudio, aunque teníamos planes de grabar unos temas y nos apuraban los plazos de entrega”.
Aprovecharon el corto tiempo que duró la fase 1 en La Habana. Los frutos de ese trabajo son Ahora y Arpegio, dos sencillos incluidos oficialmente en el listado de los pre nominados a los Latin Grammys. El audiovisual de estas canciones de amor será en blanco y negro y estará en las manos del realizador Sam Franco y Roxido Productions.
Como parte de sus próximos proyectos planea algo con Kelvis Ochoa. «Con él estuve trabajando muchos años. Fui una de sus coristas y mantenemos las mejores relaciones”. También veremos otra faceta suya, la afición por la cocina, en una de las emisiones de Chefarándula.
“No vamos a parar, y pese a no poder presentarnos en vivo, hemos producido música para nosotros y otros artistas. Crear el estudio es una de las mejores decisiones que tomamos en la vida mi esposo y yo, y estos tiempos lo demuestran”.
Un excelente ser humano, defensora de los animales por sobre todas las cosas, orgullosa de compartir la misma causa. Una voz bella 🥰 que enamora.