Deinys Suárez y otros cuatro o cinco lanzadores lograron hacer las delicias de numerosos seguidores de Industriales dieciséis años atrás. Por aquella época, el guanabacoense era un pelotero de interés de la Comisión Nacional de béisbol, que no es lo mismo que estar en renglones privilegiados cuando se conforman los principales equipos Cuba. A Deinys lo llevaron duro en el momento de representar a su país en certámenes de primer nivel después de debutar en la Serie Nacional. Tan duro, que varias veces parecía ignorado.
En 2004 debió conformarse con ser uno de los integrantes del conjunto que intervino en la Semana beisbolera de Haarlem, pues no hizo el grado a los Juegos Olímpicos de Atenas. Le dijo el habanero a Cubalite que ese año fue cuando se estableció como abridor con los Azules, al ganar 10 juegos, perder cuatro, trabajar para efectividad de 2,13 y tener muy buen desempeño en la postemporada. “Me dejaron fuera, fue muy duro para mí después de tener esa gran temporada. Me dieron cero explicaciones y me mandaron para Holanda”, aseguró.
En 2005 sucedió más de lo mismo. Triunfó en 12 partidos, cedió en tres y su promedio de carreras limpias quedó en 2,60. Aun así, no fue incluido en el conjunto antillano que triunfó en el Mundial de Holanda. “Ocurrió lo mismo. Ese año dolió menos, yo era joven y todavía tenía posibilidades de integrar el equipo nacional, y lo principal, continuar lanzando con mi elenco Industriales”.
Pues, como bien decía Suárez, en 2006 continuó con los Leones y fue el único año que pudo conformar la principal selección cubana: Preolímpico, Copa Intercontinental de Taipei de China y el Clásico Mundial en su edición primaria.
“Sobre el Clásico Mundial te digo que es lo mejor que me pasó en mi carrera. Fue el evento donde por primera vez se vieron a jugadores estrellas de MLB representando a sus países. Participar en ese torneo fue lo máximo y llegar a la final ante Japón, ni hablar. Lancé de relevo en solo dos juegos, uno el día de mi cumpleaños 22 frente a República Dominicana y el otro contra Puerto Rico. En ambos choques perdíamos por bastantes carreras.
“Ante los boricuas entré con bases llenas, di boleto y me quitaron. Al pitcher que vino después de mí le dieron varios imparables seguidos y no lo sentaron. Contra Dominicana saqué un out, regalé una base por bolas y me quitaron”, declaró el diestro que con 17 años relevó a Juan Carlos Linares en la final del Campeonato Panamericano juvenil de 2001 en Camagüey, donde ante Estados Unidos trabajó 3.2 innings, con ocho ponches.
Deinys militó con Industriales en ocho temporadas y afirmó que su peor momento en la Serie Nacional llegó en sus últimas dos campañas. Su brazo ya no era el mismo que lo condujo a ser abridor de Industriales durante cuatro contiendas sucesivas de manera eficiente. En 2009, cuando la Serie se detuvo por el II Clásico Mundial, el capitalino se marchó de la Isla en una lancha junto a sus compañeros Reinier Roll y Maikel Reyes.
“Salí de Cuba lesionado, para ver si podía seguir jugando, pues cuando me jodí el brazo, nadie se acercó para recuperarlo. También nació mi hija mayor y quería un mejor futuro para ella. Otra cosa que influyó en mi salida fue ver a atletas estelares pasando trabajo, entonces, ¿qué iría a quedar para mí? Llegué a República Dominicana y allí estuve casi dos años. Es complicado porque no sabes cómo funciona nada, es un negocio, estás totalmente solo, dependiendo de personas que no conoces. Si eres buena mercancía, te tratan con todo, si no, no la pasas nada bien.
“Después de un tiempo dando tumbos en ese país, gracias a Wellington González y Marcos González logro salir de Santo Domingo. Tuve suerte de que los Twins de Minnesota me firmaran y con ese equipo jugué AA y AAA. Fue una experiencia buena porque conocí el mundo de Ligas Menores. Allí, lesionado, mis números fueron horribles.
“Mi brazo fue lo que me impidió seguir jugando pelota, no hay otra razón”, afirmó el guanabacoense, campeón más de una vez con Industriales, equipo con el que compartió en la rotación abridora, indistintamente, con Jorge Luis Machado, Yamel Guevara, Francisley Bueno, Yadel Martí, Osbek Castillo, Arley Sánchez, Maicel Díaz, entre otros.
En 2012 Minnesota lo liberó y Suárez se fue a jugar a la liga independiente Atlantic League y después, por segunda ocasión, a la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico. En esos circuitos sus estadísticas mejoraron, pero dice el lanzador cubano que su propósito era continuar luchando con su brazo lesionado. Agrega que las ligas independientes ayudan al pelotero a mantenerse activo y a comprobar si llega una nueva oportunidad con alguna organización de Grandes Ligas.
Sobre su familia expresó, “lo es todo para mí, sin ellos no soy nada. Mi familia en Cuba, mi hija Katherin de 11 años, mi mamá, mi hermano, mi sobrinos, todos ellos allá siempre están pendientes de mí. Aquí en Miami tengo una esposa excelente y dos niñas: April y Amy, las quiero mucho y son mi razón de ser”, dijo Deinys, quien debutó en la Serie Nacional frente a Granma y soportó su primer cuadrangular en ese encuentro, salido del bate de Marcos Naranjo.
Desde hace seis años trabaja como plomero en una compañía y esporádicamente imparte clases de pitcheo a niños de 13 y 14 años.
Siempre fue un buen lanzador en Series Nacionales, su debilidad era el control, desde los juveniles tenía muy buenos números pero era muy «bolón» y así no se puede triunfar al màs alto nivel. En Cuba, para el nivel de las Series Nacionales, fue sin dudas ganador, pero no al nivel de llegar y establecerse en Grandes Ligas, demasiadas deficiencias, principalmente el control. No hizo màs equipos cuba de forma merecida, era una época en Cuba (2004), en la que abundaban los buenos lanzadores con màs calidad, sinceramente nunca aprovechó sus oportunidades: integró el equipo Cuba al Clàsico Mundial, pero en las dos ocasiones que le dieron el «chance» concedió bases por bolas, todavía lo recuerdo. Siempre se disfrutaron sus actuaciones en los play off, fue una época dorada para industriales: Yamel Guevara, Osbeck Castillo, Arley Sanchez, Yadel Martí, etc.