Ejercicio casero: Día 11

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Test de sicopatía de Robert Hare.

Ayer, después de zamparme seis capítulos de la serie Roma y comer ensalada fría a las 11 de la noche, me propuse perder todavía más tiempo buscando tonterías en Telegram. Cuando no hay nada que hacer y pocas ganas de todo, a uno se le ocurren cosas así. O chupar una piedra, contar las hebras de un trozo de gasa… Y nada, buscando y buscando, hallé un canal delicioso nombrado Noticias RPD de Corea, lo que viene siendo una especie de repositorio de las noticias más importantes sobre Corea del Norte (seamos informales). El canal cuenta con 238 suscriptores hispanohablantes en su mayoría, supongo, porque las noticias pertenecen a la FKA Euskal Herria, dígase, la Asociación de Amistad con Corea del País Vasco, y las informaciones están en español. En ese punto, empecé a darle al pulgar y a perderme en el deleite de los titulares: «Se fomentan en Corea acopio y reciclaje», «Kim Jong Un presencia disparo de arma teledirigida táctica», «Kim Jong Un dirige entrenamiento de artillería», «Kim Jong Un vuelve a dirigir entrenamiento de artillería». Por un momento no sabía dónde estaba; Corea me sonaba conocida, tanto más cuando leí: «Los medios de prensa del capitalismo degeneran la sociedad». Por ahí, continué una hora, algo así, leyendo titulares y linduras coreanas que hablaban de cómo calientan el cuarto los norcoreanos o de la historia del desnudo artístico en Corea del Norte o sobre los nuevos talleres para la creación de dibujos animados o el homenaje del gobierno a la heroína popular que desmembró a 23 japoneses en seis horas… Después de repasar 267 links, perdí el impulso, y sentí miedo de la fuerza redentora del hombre nuevo socialista. Y pensé que tal vez a uno no le va mal en Corea del Norte, que es, así lo dicen, «el primer país libre de impuestos». Tampoco informan casos de enfermos por coronavirus. Explica Kim Jong Un, en una de esas noticias, que todo se trata de efectividad, que él, siempre precavido, fue el primero en cerrar las fronteras.

Luego de ese manjar informativo, y ya sobre la una de la madrugada, me sentía con suerte, así que continué navegando en Google, donde escribí: «Tests para saber si soy psicópata» y encontré el resultado: «Test de psicopatía de Robert Hare«. Mi deseo recurrente de clavar un lápiz en la mano del panadero que agarra mi pan sudado y sin mesura, se resumía a un examen de 20 preguntas. Cosas como esta: «Siento que soy una persona encantadora para los demás»; debajo del enunciado, tres números, ordenados del 1 al 3, correspondiendo al 1 la opción «Nunca» y al 3 «Muchas veces». La cosa iba desde sentirse encantador, hasta responder si soy promiscuo o si fui un delincuente menor cuando joven. Entonces me propuse jugársela al tonto de Robert Hare y empecé a marcar en cada pregunta el número 1 o el 2. Me daba igual mentir, porque sé que no soy un psicópata aunque me crea un tipo encantador y me dé igual la gente; tampoco dice nada mi frialdad infantil al estrangular lagartijas… En fin, en la suma final, saqué unos 11 puntos, un resultado que me alzaba como el tipo más normal del mundo. Estaba satisfecho, casi, pero cuando leo más abajo, el tonto de Robert me recomienda repetir el test y ser sincero, porque, dice, «la mentira es un rasgo característico y definitorio de una personalidad psicopática».

Y nada, ahí estoy, a las tres de la madrugada, leyendo un poco más sobre Ted Bundy.

PD: Si quieres leer las entradas anteriores, puedes hacerlo aquí.

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