Mis dos hijas crecieron escuchando a Toto con cierta frecuencia. Les divertía mucho que hubiera una agrupación musical que se llamara como… eso mismo. Yo, en cambio, tenía otro referente igualmente divertido: la marca de los servicios sanitarios en mi secundaria y pre, algo que el legendario guitarrista del grupo Steve Lukather también descubrió un buen día. Según cuenta Luke en sus memorias publicadas recientemente, un amigo le envió desde Japón una foto polaroide de una taza de baño Toto, sin descargar, y una nota a mano que decía “tremendo nombre que le han puesto al grupo”.
Pasaron casi 20 años entre que oí Hold the Line por primera vez en una fiesta de quinces y unos menos desde que tuve mi propio CD quemado, con una cubierta fotocopiada … en blanco y negro. Soy de los que defiende que este tema, junto con Hotel California y Staying Alive, marcó a mi generación. Si alguien tiene duda de ello, que vaya al Submarino Amarillo, a cualquier discotemba o a una fiesta donde haya cuarentones y cincuentones y compruebe reacciones nada más que suenen las repetidas notas introductorias del piano.
Pero Toto ha sido mucho más que Hold the Line o la igualmente popular Africa, aun cuando la crítica especializada no siempre les favoreció. Los que teníamos la costumbre de leernos las carátulas de discos y cassettes seguramente notamos que los nombres de Jeff Porcaro (batería), David Paich (teclados), Steve Lukather (guitarra), David Hungate (bajo) y Steve Porcaro (teclados) aparecen en la alineación de las más disímiles grabaciones desde mediados de los 70 y hasta nuestros días; de hecho, Human Nature, uno de los temas del multivendido álbum Thriller, es de la autoría del menor de los hermanos Porcaro.
En 1983, el grupo sorprendió a muchos cuando Toto IV se llevó los Grammys otorgados a Album del año, Productor del año y Mejor trabajo de ingeniería en una grabación de música no-clásica, dejando para el tema Rosanna los premios de Disco del año, Mejor arreglo vocal para dos o más voces, Mejor arreglo instrumental de acompañamiento a voces y la nominación a la Canción del año. Cuenta Luke en sus memorias que el famoso productor David Foster, quien esperaba llevarse alguno de esos galardones, lo miró perplejo desde su butaca y desde ese día no le habló más.
Sin embargo, la historia de la prolífica banda se ha visto ensombrecida por muertes y enfermedades. En 1992, a la edad de 38 años, su fundador y baterista Jeff Porcaro falleció en cuestión de horas por una reacción alérgica a un insecticida que regó en su jardín. Años más tarde, su hermano Mike, bajista que sustituyó a David Hungate, se vio obligado a retirarse a causa de un padecimiento degenerativo muscular que lo mantuvo fuera de la escena musical durante ocho años hasta su muerte. En el 2018, el tecladista, co-fundador y uno de los tres sobrevivientes de la alineación original, David Paich, abandonó la gira 40 Trips Around the Sun para poder atender mejor su salud personal.
Fue precisamente en uno de los conciertos para celebrar sus cuarenta años de vida artística que tuve la oportunidad de ver a Toto. “¿Y quién queda de esa gente?”, me preguntaron dos contemporáneos –uno parece que no sale de las arenas de concierto en el sur de la Florida y otro tiene una de las colecciones de CD y DVD más envidiables de La Habana– cuando les comuniqué de mis planes. “Bueno, yo iría aun cuando el único que quedara en pie fuera Lukather”, respondí sabiendo que Steve Porcaro y Joe Williams –hijo del conocido compositor John Williams y uno de los cantantes de la banda entre 1986-1988 y desde el 2010– estarían ahí; también pensando que Paich podría hacer una aparición sorpresiva, algo que no se produjo hasta apenas un mes antes que Toto diera su último adiós el 20 de Octubre en Filadelfia.
Junto a varios de sus álbumes –ahora en CDs originales– y DVDs de algunas actuaciones –quemados en La Habana– me queda el recuerdo de haber visto a los tres veteranos –Luke, Steve y Joe– acompañados por su viejo amigo y percusionista Lenny Castro y por otros talentosos instrumentistas, en una forma musical equivalente a la del licor cuya calidad mejora con el proceso de añejamiento y en una forma física también increíble. Y escucharlos interpretar una versión corta, pero orgánica, de Human Nature, o a Luke hacer de las suyas también con While My Guitar Gently Weeps y de cantar junto a todo el auditorio “I bless the rains down in Africaaaaa”.
Toto habrá dicho adiós a las tablas, pero ni ellos mismo saben a ciencia cierta por cuánto tiempo más se seguirán escuchando sus canciones. Yo diría que va a ser por muchos años.
*Te dejamos con el video en el que David Paich se une a sus compañeros Steve Lukather, Steve Porcaro y Joe Williams para interpretar África una vez más (Los Angeles, 20 de Septiembre del 2019).
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