16 años después de salir de Cuba, este trotamundos de Industriales estará como entrenador de bateo en México

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Bárbaro Cañizares durante su paso por los Braves. Foto tomada de Wikipedia.

De no haber debutado en la temporada 1994/1995 de la Serie Nacional cubana, Bárbaro Cañizares tuviera en su expediente un hecho bien curioso, difícil de lograr en cualquier liga deportiva: ser monarca, con el mismo equipo, tanto en la contienda de estreno como en la última. Una campaña después de debutar, se proclamó campeón bajo las órdenes de Pedro Medina en 1996, mientras que en su campeonato de despedida volvió a alzar el trofeo con Industriales, dirigido por Rey Vicente Anglada y compartiendo la receptoría con Joel Galarraga, Alejandro Regueira y Alden Mesa.

Cañizares pertenece al grupo de peloteros que en el béisbol cubano ha alcanzado tres títulos: uno con Medina y dos consecutivos con Anglada. Cuando conquistó el cetro por última vez, en la temporada 2003/2004, era uno de los pocos jugadores en ese equipo que en 1996 había llegado a la cima. Los otros fueron el jardinero Carlos Tabares y el lanzador derecho René Espín.

A Bárbaro muchos lo conocían como El Caña y fue a partir del último año del pasado siglo que su nombre comenzó a sonar en los círculos beisboleros del país. En 1999 jugaba con Metropolitanos por vez primera y tres muy buenos campeonatos con el plantel escarlata favorecieron su devolución a los Azules. De hecho, de sus 10 temporadas (siete con los Leones y tres con Metros), la mejor la vivió en su último torneo con el desaparecido elenco, gracias a average de .348, 110 imparables, 16 dobles, 14 jonrones, 61 impulsadas y OBP de .459.

Los números de Cañizares le permitieron integrar más de una vez selecciones nacionales. Después de esa gran contienda con los Metros, asistió al Torneo Interpuertos de Rotterdam, Holanda, en 2001, y al año siguiente fue uno de las cátchers elegidos, junto a Roger Machado y Ariel Pestano, para representar a nuestro país en la Copa Intercontinental efectuada en Cuba. En ese torneo refrendó su excelente forma deportiva, tras batear .412, con tres cuadrangulares, siete boletos y once impulsadas como bateador designado, posición con la que se incluyó en el All Star de la justa y fue nominado como MVP.

Igualmente en 2002 asistió a la Copa de las Américas desarrollada en México, donde abandonaron el conjunto el pitcher pinareño José Ariel Contreras y el reconocido entrenador Miguel Valdés. En 2003 fue apartado del plantel cubano que competiría en la Copa Mundial acontecida en la Isla y que a la postre se tituló.

Varios intentos de salida ilegal del país provocaron su separación del béisbol cubano, hasta que logró su propósito a inicios de 2004. Tras marchar de Cuba, el habanero en diez temporadas promedió .298, con 119 tubeyes, 52 bambinazos, 379 impulsadas, 671 incogibles, además de obtener tres cetros y estar en varios play offs y Súper Ligas.

Su primer contrato, con el club nicaragüense Indios del Bóer (2005/2006; puntero en average, hits, anotadas y dobles), fue el inicio de una extensa hoja de ruta por la pelota profesional que finalizó en 2018 y abarcó nueve circuitos de Nicaragua, Estados Unidos, México, Venezuela, República Dominicana y Japón. Recuerden que también tuvo sus minutos de gloria en las Mayores, firmado por los Bravos de Atlanta, franquicia que le permitió jugar cinco choques, con promedio ofensivo de .190 (cuatro indiscutibles en 21 oportunidades), un doble y seis ponches.

En sus cinco años en Ligas Menores produjo buenas estadísticas, se adueñó de varios lideratos y conformó algunos elencos de Estrellas. Tras quedar liberado por los Bravos en 2010, en la campaña siguiente comenzó su primer campeonato en la Liga Mexicana veraniega, con los Guerreros de Oaxaca, hasta 2013, pues en 2014 viajó miles de kilómetros para debutar y permanecer por tres contiendas en el circuito principal nipón.

Sus dos últimas temporadas como jugador activo (2017 y 2018) las jugó en los dos torneos fundamentales de México y el elenco con el que puso punto final a su carrera fue Algodoneros de Unión Laguna, bateando .279, con 103 hits, 19 tubeyes, 11 jonrones y 38 impulsadas.

Tanto en el béisbol de Ligas Menores como en los circuitos aztecas, el madero de Bárbaro —mayormente en su trayectoria profesional fue empleado como inicialista y bateador designado— fue altamente productivo. De la misma manera rindió en dos de las tres Series del Caribe a las que acudió con planteles mexicanos.

Una década más tarde de haber representado a Cuba en certámenes foráneos, el capitalino vistió en 2012 el uniforme de España en el Clasificatorio rumbo al Clásico Mundial de 2013 y, tras lograr el cupo, en el magno evento rindió para .333, con un jonrón y tres boletos.

En diciembre de 2018, días después de cumplir años, la directiva de los Olmecas de Tabasco, de la Liga Mexicana, reclamó sus servicios como entrenador de bateo, en lo que significó su debut en esa función en 2019. Con vistas a la contienda de este año, el cubano repetirá en el cuerpo técnico de los Olmecas, ahora encabezado por el veracruzano Pedro Meré, y estará asesorando a sus coterráneos Raico Santos, César Prieto, Roel Santos y Ronnier Mustelier.

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