«Slow Horses», una magnética saga de espionaje que sigue expandiendo su universo

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“No quiero escribir una novela de espías con una trama muy elaborada y una mente malvada; me interesa la incompetencia, las cosas que salen mal, las cosas mal motivadas, y esa es, en esencia, nuestra realidad política actual”, declaró en una oportunidad el escritor británico Mick Herron, de cuya pluma surgió la inspiración para una de las mejores series de espionaje de los últimos años.

Aunque hoy el bueno de Herron es una celebridad en el mundillo literario, cuando aún era un autor casi desconocido lo pasó mal debido a las pobres ventas de la primera novela de su saga Slough House. Tan mal se vendió el volumen publicado en 2010, que lo que hoy es una serie con más de una docena de títulos, estuvo cerca quedarse en un triste one-shot.

Para suerte suya —y nuestra—, eventualmente sus relatos sobre un grupo de agentes defenestrados del MI5 se convirtieron en un fenómeno mundial e interesaron lo suficiente a Apple TV+ como para ordenar, de inicio, un par de temporadas.

Slow Horses, titulada igual que la pieza inicial de la saga, fue estrenada en 2022 en esa plataforma de streaming y dos años después acaba de lanzar su cuarta entrega de seis episodios, marcada por la más profunda intriga y un humor a medio camino entre lo ácido y lo negro.

El tono sosegado y el misterio de la propuesta quedan implícitos desde que suena Strange Game, tema de presentación compuesto exclusivamente para el show por Daniel Pemberton y el mismísimo Mick Jagger, quien también lo interpreta.

Creado por el guionista británico Will Smith (The Thick of It, Veep), hasta la fecha el drama ha adaptado, además de la original, las novelas Dead Lions, Real Tigers y Spook Street, en donde se cuentan las peripecias vividas por Jackson Lamb (Gary Oldman) y sus subordinados de la llamada Casa de la Ciénaga, el lugar adonde van a parar aquellos que por incapaces o “incómodos” enojan a alguien poderoso.

El elenco encabezado por el señor Oldman lo completan otras estrellas como Jack Lowden (Dunkerque), Kristin Scott Thomas (The English Patient), Saskia Reeves (Luther), Rosalind Eleazar (Howards End) y Christopher Chung (Waterloo Road).

Además de los protagonistas, la trama ha contado con estelares secundarios como Jonathan Pryce (The Two Popes), Olivia Cooke y Freddie Fox (House of the Dragon), Hugo Weaving (The Matrix, The Lord of the Rings), Ruth Bradley (Humans), Sophie Okonedo (Hotel Rwanda), James Callis (Battlestar Galactica), James Faulkner (I, Claudius), Sam Hazeldine (The Rings of Power) y Stephen Walters (Outlander).

Luego de un comienzo fuerte, con una primera temporada que incluyó conspiraciones ocultas, secuestros y traiciones en las más altas esferas, la historia evolucionó con nuevas entregas que expandieron esta suerte de universo, en donde la ordinariez de La Ciénaga y la elegancia de Regent’s Park mantienen un enfrentamiento velado que solo se ve interrumpido cuando es preciso salvar el pellejo de ambos bandos.

Si bien el encargo constante de los “caballos lentos” es lidiar con las labores más triviales dentro de las operaciones del MI5, el guion se las arregla para enfrentarlos a complots y otros planes macabros que perfectamente podrían poner patas arriba al mundo occidental si finalmente los “malos” consiguen llevarlos a cabo.

A partir de este curioso planteamiento, podríamos establecer un paralelismo entre las historias de Herron y las de su célebre colega estadounidense, Stephen King. En ambos casos solemos ver cómo personas comunes deben plantar cara a situaciones que parecen superarlos por completo. Sin embargo, como no suelen tener otra opción que asumir la misión de turno, estos agentes “ineptos” apechugan y tiran para adelante como si supieran lo que hacen.

El argumento, en donde se subvierten muchos tropos conocidos de este género, suele moverse mucho entre el ridículo y la realidad más cruda. El chiste y la crítica al sistema conviven en este contexto en donde los diálogos más mordaces y jugosos pueden verse ¿enriquecidos? por el sonido estridente de un pedo.

Además del texto y el subtexto, de Slow Horses llama la atención su cinematografía, que destaca en las escenas de tiroteos y persecuciones, pero que también se muestra atrevida en momentos más sosegados, con planos y secuencias que hablan muy bien del trabajo de James Hawes, Jeremy Lovering, Saul Metzstein y Adam Randall, respectivos directores de las cuatro temporadas actualmente disponibles.

En este punto, luego de 24 episodios ya emitidos, podríamos decir que el último segmento ha sido el menos atractivo hasta la fecha. A diferencia de sus predecesoras, que fueron subiendo las apuestas exponencialmente, esta cuarta parte tiene un tono más relajado que, a pesar de no restarle solidez narrativa, sí le roba a la serie un poco de ese delicioso vértigo que ensalzamos en nuestra publicación anterior.

“Slow Horses”, una ácida y deliciosa serie de espías

Al cierre del último capítulo emitido, queda claro que Apple seguirá apostando por Slow Horses, un audiovisual singular, entre otras razones, porque posiblemente sea uno de los pocos que al final de cada tanda de episodios muestra un teaser de lo que está por venir.

Por si no fuera suficiente para Mick Herron con que sus obras sigan llegando a la pantalla, ahora debe estar aún más satisfecho al saber que, tras el anuncio de la quinta temporada, basada en su novela London Rules, la empresa de la manzana mordida ya ha confirmado, como mínimo, otra entrega más, la cual adaptará dos libros más de la saga: Joe Country y Slough House.

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