El “falso nueve” es, generalmente, un tipo que fue desnaturalizado porque otro de mayor jerarquía lo necesitó de esa forma. Es esta una columna en la que leerás sobre las desfiguraciones que supone el fútbol. Quizás leas en ella todo lo contrario: nunca se sabe dónde acabará un “falso nueve”.
Vinicius Jr, hace poco más de un año, empezó a publicar en Instagram una webserie. VINI, FOR REAL se llama (los diez capítulos, de alrededor de cinco minutos de duración, se pueden ver en su perfil en Instagram). La serie es una armonía de spoilers sobre su vida, resumidos a partir de implicaciones de la primera frase que suelta el brasileño mientras se peina, frente a un espejo, en un baño: “el único miedo que tengo es perder a alguien cercano”. Vinicius vive con más de diez personas en su casa de Madrid, pero sabe que el miedo también es equivalente al momento en que conversa acerca de su lesión contra el Ajax en la Champions: pide que corten la filmación, que no consigue hablar de eso, solloza, se levanta, sale del plano. Luego se ve en una piscina donde va a rehabilitarse. Entre una escena y la otra, lo único común es el pánico cuando es notificación de las tragedias y de lo que sigue a las tragedias; cuando es formalidad ante la condición redundante del propio pánico.
VINI, FOR REAL es un ensayo sobre lo contrario. Al menos debió haber sido ese un requisito implícito. Fuera de ello, Vinicius no parece alguien afectado por ninguna forma de pavor, al menos reconocible públicamente, cuando encara a los laterales derechos. En la serie no aparecen laterales derechos, o sí, pero solo durante segundos intrascendentes que se ajustarían mejor a cualquier recopilación de YouTube. El guion no pierde mucho tiempo en los highlights de un delantero. No hay nada menos pavoroso que las secuencias de un regateador triunfal, pero quizás sí lo haya en la prolongación de una finta, en lo que viene tras una u otra floritura. Eso tampoco sale demasiado en los episodios —el pase final, la definición— y tampoco es necesario: existe poca intimidad en esas eventualidades; son prácticas que solo garantizan que el fútbol siga generando temas de conversación futbolísticos.
El director de la serie explicó que el documental era una manera de acercar al jugador a sus seguidores mediante las redes sociales. Quizás nunca pensó que el capítulo con más reproducciones sería el de la rotura de ligamentos, donde Vinicius dice: “vuelves y no confías mucho en tu pie, siempre con miedo de tener una nueva lesión o la misma”. En ese instante de desahogo se exhibe cierto halo ecuménico: el temor como la única métrica colectiva unánime.
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