Populous (1989, Bullfrog) fue el primer videojuego de simulación de dios (god game en inglés), y un éxito absoluto en su momento, tanto por sus impresionantes gráficos como por su originalidad; pensado en un momento para el ordenador Amiga, gracias a sus ventas fue lanzado para plataformas como Atari ST, MS- DOS, Mac OS, PC Engine, Sega Genesis, SNES, entre otras; sus 4 millones de copias vendidas son números impresionante para la época. El argumento es sencillo: como deidad, realizamos acciones para ayudar a nuestros seguidores (sin manejarlos) a derrotar a la deidad rival y sus acólitos; la segunda entrega, Populous II: Trials of the Olympian Gods (1991) mantenía la misma tónica, pero con la llegada de Populous: The Beginning (1998), último de la serie, la saga tendría un giro drástico. Ya no estábamos ante un god game, sino frente a un RTS con características peculiares.
Populous: The beginning es uno de esos recuerdos de la infancia que quedaron marcados a fuego. Con once años, demo mediante y en la computadora de un amigo, el enamoramiento fue instantáneo. Fue en la misma época de Age of Empire (demo también), Tomb Raider, SimCity y una buena cantidad de aventuras gráficas. Explicar por qué aquel chamán y sus seguidores me hechizaron es difícil. La causa más probable es la falta de referentes y los gráficos aceptables para la época. Las primeras experiencias de niño impactan mucho; no era la primera vez que jugaba con un dispositivo, pero quizás sí el primer choque con un juego de estrategia en tiempo real y magia.
Por esos recuerdos de la infancia, que casi siempre se deben dejar guardados y no revisitar, volví hace unos pocos días al juego de Bullfrog. No puedo hablar de decepción, Populous: The Beginning era tal como lo recordaba. Una chamán (ahora descubro que es una mujer, lo cual me hace ver con mejores ojos el juego al insertar un personaje femenino al frente de una tribu de guerreros) dirige a sus hombres en la conquista de diferentes planetas. Casi siempre tenemos tres enemigos, a veces menos, tribus con nuestros mismos objetivos. La condición de victoria es sencilla: barrer a todos los seres vivos de nuestros rivales. Como premio, cada nivel nos ayuda a desbloquear nuevos hechizos, cada vez más poderosos o útiles en determinadas situaciones. Si somos honestos, esta entrega de Populous apenas tiene elementos de estrategia en tiempo real, más bien es dirigir al chamán y gestionar su barra de maná, y no tanto a los soldados. No existe gestión de recurso, solo del espacio, y las maniobras con los soldados están más relacionadas con combinar diferentes tropas y saber cómo ubicarlas en el campo de batalla y no con el micromanejo, como sí ocurre en Starcraft o Age of Empire.
Lo más novedoso de este, en aquel momento, fue la «terraformación», la necesidad de crear nuevas tierras, aplanarlas para poder construir, crear caminos entre diferentes islas o sumergir zonas costeras bajo el mar. Todo esto se realiza con la chamán, y es parte esencial de la estrategia; pocas tierras es sinónimo de pequeño ejército, y aunque lo más importante para ganar son los hechizos, una gran cantidad de soldados puede barrer a una aldea débil. Estos elementos de terraformación también funcionan como hechizos de ataque, dado que un cambio brusco de terreno puede destrozar una buena cantidad de edificios.
La inteligencia artificial (IA) es uno de los grandes problemas de Populous: The Beginning. Siempre las aldeas a derrotar comienzan con edificios y soldados, y nosotros solo con un grupo pequeño de aldeanos ¿para qué engañarnos? somos los invasores en cada partida. Debemos empezar de cero las construcciones, mientras que los dakini, chumara y matak están ya asentados con todas sus edificaciones e incluso un pequeño ejército; la dificultad radica en los primeros minutos de partida, donde debemos ser bien rápidos, repeler a los enemigos y desarrollar los diferentes tipos de soldados. Esto es así porque a medida que avanzan las partidas, la IA decae mucho, apenas ataca y cuando lo hace es muy fácil de detener. Esto no significa que, en determinado momento, si estamos centrados en atacar, una chamán rival con sus seguidores no pueda colarse en nuestra aldea y destrozarnos por completo, pero es poco probable.
El plato fuerte del juego son los hechizos, la emoción de infiltrarse solo en una tribu rival y causar la mayor cantidad de bajas y destrozos posibles, ya sea al invocar tornados, terremotos, pantanos, lluvias de fuego o el momento más emocionante: crear un volcán en medio de los edificios enemigos para dar uno de los golpes más espectaculares. Cada uno de estos poderes demora en estar listos, sobre todo los más poderosos, por lo que elegir cuáles serán los que empleemos en atacar debe formar parte de la estrategia desde un inicio.
Uno de los principales aciertos de sus desarrolladores fue el modo multiplayer (las dos entregas anteriores también lo tenían), aunque este no creó una gran comunidad de jugadores en internet. Populous: The Beginning fue el último título de calidad del estudio, adquirido en 1995 por Electronic Arts. En 2004 la empresa se disolvió y los servidores se apagaron. No obstante, los diehard fans crearon un nuevo servidor donde se mantuvieron jugando. En 2017, Rock Paper and Shotgun publicó un artículo sobre una comunidad que se mantenía activa online, y llegaba a alcanzar picos de cien personas conectadas al unísono al servidor.
Populous: The beginning no es un gran juego de estrategia, pero su mezcla de géneros y esa figura de la chamán que dirige la batalla dejó claras algunas pautas en la industria a la hora de crear héroes. Su caída en el olvido se debe a que no era tan equilibrado como Starcraft o Age of Empires, que veinte años después mantienen una comunidad inmensa. Aun así, revisitarlo puede ayudarnos a entender qué se cocinaba en la industria de videojuegos a finales de los noventa.
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