Juega Messi. Quizás sea su último partido con la albiceleste en esta Copa América. Y quizás, de nuevo, anuncie que se retira de la selección. Hay cambios en la alineación. Agüero y Lautaro serán titulares. Dos nueves y Messi por detrás. Maradona intentó algo parecido en el Mundial de 2010 y el espejismo funcionó. Un día más, Dybala no abre en el once inicial. Al parecer, solo es convocado por si Messi se lesiona. Arranca el partido. Argentina se lo juega todo; en otras palabras, Argentina lucha contra la renovación. Mejor ser felices hoy.
Qatar ha mostrado dos caras en esta Copa América: una solidez defensiva capaz de frenar a una Colombia inspiradísima (recordar que Qatar solo encajó un gol en la Copa Asia, y fue en la final ante Japón), y la inocencia de una selección menor que antes de los cinco minutos comete errores infantiles. Argentina se encontró con la segunda versión y Lautaro, casi desde el piso, con medio estadio de pie, y media nación con los testículos en la garganta, puntea el esférico. No lleva fuerza y el ángulo es mínimo. De seguro no entra, de seguro falló, el gol no es gol hasta que las redes se mecen, y con ese movimiento, Argentina ilusiona.
La ilusión dura poco. Agüero falla una clarísima, y entonces todos entienden. Nada ha cambiado. La albiceleste aún está al borde del precipicio, y con una zaga tan poco fiable, Qatar puede ayudarles a dar un paso adelante. Tiro libre a favor de los asiáticos: la barrera se abre y el balón se estrella en el poste. Alguien recuerda que el Papa es argentino.
El segundo tiempo es más de lo mismo. Goles que no caen, y el miedo que se acumula con cada incursión de Qatar. Cuando faltan veinte minutos, otro Lionel, Scaloni, entiende que todo se puede ir a la mierda en un instante. Cuando faltan quince minutos, entra Paulo Dybala. Cuando faltan ocho minutos, Dybala asiste a Agüero. Esta vez, el delantero del City tiene espacios, logra dar un toque largo y definir como si jugase en Inglaterra. Argentina está en cuartos de final como segunda de grupo.
Colombia derrotó a Paraguay y la albiceleste sueña una vez más. Porque a eso se dedica Argentina desde hace dos o tres años, a soñar que es una gran selección porque tiene grandes jugadores. Argentina es el nuevo México, un país convencido de su calidad futbolística y que jamás ha superado la primera fase de muerte súbita en una Copa del Mundo. Argentina sonríe hoy, porque mañana todo podría volver a la normalidad.
0 Comentarios