La vida es sueño

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Fotograma del filme. Foto tomada de Medium.

Long Day´s Journey into Night no será, en lo adelante, solo el título de la pieza teatral de Eugene O`Neill; todavía menos de la adaptación cinematográfica de 1962. Desde ahora, cualquier viaje largo al interior de la noche se hará con el vehículo onírico que echó a rodar el cineasta chino Gan Bi en su película homónima. Lo dice el protagonista en el primero de sus parlamentos…

“Cada vez que la vi, supe que estaba soñando otra vez”.

Eso es lo que experimenta el espectador: el viaje dentro del viaje.

***

Luo Hogwo regresa a Kaili, su ciudad natal, y comienza la búsqueda de una mujer a quien amó años atrás. Él solo sabe, recuerda o sueña una cosa: que el nombre de ella es Wan Quiwen.

Lo anterior es, más bien, el resumen de la película de Gan Bi. El argumento, en cambio, es la expresión poética de su apuesta. Como en Zhang Yimou, como en Wong Kar-Wai, la acción narrativa explicada en el guion es, casi siempre, deficiente; llena de esos vacíos deliberadamente dispuestos para ser rellenados con la imagen poética.

En la película suena una melodía, ocho compases quizá: la voz del sueño. Cuando comienza, sabemos que el protagonista se eleva, vuelve al tiempo y al espacio donde perdió al amor de su vida.

El sueño, un estado mental que los cineastas occidentales han entendido mal, es para los mejores realizadores asiáticos la respuesta a las incertidumbres de la vigilia. Desde lo surreal, como en Ratanaruang, o los dilemas de Jia Zhanke…

Pero en Long Day´s Journey… hay más: no es otra película sobre el sueño, sus asociaciones. Sucede aquí que el sueño es la película. Todo esto se explica mejor en los últimos 50 minutos del film: un plano secuencia que comienza en un cine y termina con el amor recobrado —solo, aparentemente, en el sueño.

***

Gan Bi, 29 años, dos largometrajes. En el primero, ideó y filmó un plano secuencia de 40 minutos, en el segundo, extendió el tiempo. No podemos imaginar qué hará luego. Ojalá no escoja el destino trágico de su compatriota Hu Bo…

29 años, Gan Bi, y nos deja con un ensayo sobre los sueños y las pérdidas. Eso, y la poesía de un vestido verde iluminado dentro de un túnel; la forma aparentemente meditada en la que un hombre traicionado canta un karaoke.

Al final, sabremos que todo viaje al interior de la noche, entre los hemisferios del sueño, solo tiene un motivo propicio: el reencuentro…

—Uno todavía quiere preguntar: ¿Has visto las estrellas en el cielo?… Son como pájaros, siempre en paracaídas a través de mi pecho.

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