Perú es un equipo poco consistente, pero, sobre todo, es incapaz de vencer a Brasil, por eso, cuando la verdeamarelha los golea, uno siempre cree, erradamente, que son una pésima selección. Ecuador estaba contra las cuerdas, una victoria era imprescindible para no llegar a la última jornada en un duelo a muerte frente a Brasil. Y en la primera mitad, quién más lo buscó fue Ecuador. ¿El premio? Par de goles de colegio. Un centro desde la banda buscando un “metepié” encontró a un rival, autogol, y subió el primero. El segundo llegó de una falta que nadie despeja y ¡bum! Preciado la empuja. Dos de ventaja. Ecuador aprovechó con mucha sencillez las carencias de la selección de Gareca y tuvo su cuota de suerte de cara al gol.
El partido parecía encarrilado. Solo quedaba cerrar filas, aguantar un poco y sumar tres punticos. Pero en menos de diez minutos los peruanos les dieron un giro dramático a los acontecimientos. Dos acciones definidas magistralmente. En la primera, Cuevas arrastra la marca de hasta cuatro hombres para dársela a Lapadula. En la segunda, es Lapadula quien corre con el balón y deja solo a Carrillo frente al portero. Quedaban 35 minutos por delante y aquello parecía ser el inicio de un partido trepidante. Parecía. El marcador no se movió más, pese a las varias ocasiones de ambos equipos. Le tocará sufrir a Ecuador (Ecuador 2 – Perú 2).
Con lo visto hasta ahora, no era descabellado pensar en una masacre en el encuentro entre Brasil y Colombia. La potencia de la canarinha frente a una anémica selección cafetera. Los primeros minutos tuvieron esa tónica. Brasil empuja, Colombia aguanta y, de pronto, una acrobacia cambia el guion de golpe. Luis Díaz se inventó un remate en el aire para dejar a todos congelados: como si cambiases de un cuadro a otro en un manga deportivo. ¿Reacción brasileña? El quiero y no puedo de toda la vida. ¿Colombia? Parqueó el autobús delante de Ospina.
Y así llegamos al minuto 78. Tite ha cambiado todas las piezas posibles y termina con un equipo extremadamente ofensivo sobre la cancha. Rueda, por su parte, no entra a defender él porque no puede. Estamos en el minuto 78. Centro al área, remate de Firmino a las manos de Ospina, y al cancerbero colombiano se le escurre el esférico hasta cruzar la línea de gol. Crisis. Toda Colombia pide que invaliden el tanto porque el balón había impactado en el árbitro Pitana y este no detuvo el encuentro. Así estuvieron seis o siete minutos discutiendo. Tuviesen la razón o no, los de Rueda perdieron la concentración. En la última jugada del partido, Casemiro remató solo de cabeza a la salida de un córner a medio metro de la portería. Colombia está clasificada para la siguiente ronda, pero deja muy malas sensaciones. (Brasil 2 – Colombia 1).
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