Ejercicio casero: Día 30

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Bret Easton Ellis. Foto tomada de White.

Llevo horas buscando Blanco, el último libro de Bret Easton Ellis, pero solo aparecen reseñas y entrevistas con las que tengo que conformarme.

Acaba de publicar un volumen de ensayos por encargo, básicamente. Me interesan los ensayos de Ellis como mismo los bootlegs de discos de Ana Gabriel. Mucho menos después de leer este fragmento de entrevista: “Cuento lo que supone ser miembro de la generación X, las películas que han cambiado mi vida… Para mí, es una historia intelectual, mía pero también de una época”. A partir de ese epílogo, Blanco pudiera ser la descripción del perfil en Twitter de cualquier persona nacida en los sesenta, o un video de doce segundos para introducir un canal en YouTube sobre alguna secta nostálgica por la vieja cultura de masas.

Ellis, definitivamente, ha envejecido tanto que ya le cuesta hablar de sí mismo en términos presuntuosos, pero luego retomará al protagonista de American Psycho, instagrammer posible y adorador del Trump de finales de los ochenta, en estas cinco perlas con las que, de una manera u otra, he creado cierta afinidad (Ojo: 1.- no confundir a Ellis con Patrick Bateman, aunque Pat, como Bret, también vivía en el mismo edificio que Tom Cruise; 2.- no queda claro que todo lo que viene a continuación aparezca en el libro):

1.- “Al público lo que le gusta, claro, es la escena en que esnifo cocaína en un lavabo del Odeon con Basquiat y pocos meses después se muere”.

2.- “Quentin Tarantino me dijo que Kathryn Bigelow no habría ganado el Oscar si no fuera mujer y estuviera buena. Yo también lo pienso. ¿Qué tiene de malo opinar eso? Es simplemente tratar a Bigelow como una persona adulta, una directora que no le convencía”.

3.- “James Deen parece el chico que vive al lado, realmente guapo, con un carisma natural, aunque, claro, resulta que también hace cine porno (…) La pornografía me parece bien: ¿qué hay de malo en cosificar a hombres y mujeres atractivos? El problema es que es de acceso tan fácil que pierde el romanticismo que tenía ir a buscar un ejemplar del ‘Playboy’”.

4.- Sobre David Foster Wallace: “En los 80, se dio cuenta de que había mucha gente que se hacía rica muy joven escribiendo una novela, pensó que no sería demasiado difícil, y se puso a hacerlo a los 21 años con La escoba del sistema, claramente influenciada por mi novela Menos que cero… y fue encumbrado como un genio. No me imagino a un escritor de verdad haciendo algo como La broma infinita, lo siento, me parece una estafa, un fake book”.

5.- “Me irrita que los milennials tengan una obsesión constante con sentirse oprimidos, con que todo conspira contra ellos por su sexualidad, por su color de piel, o por su cuerpo … Y como ser una víctima es muy triste, todo el mundo siente empatía y compasión por ellos. Es un círculo vicioso”.

POR QUÉ COINCIDO CON ELLIS EN: 1, 3 y 5

1.- Obvio. El público que conoce los antecedentes de Ellis debiera preferir esa continuidad de lo high, que es como la crónica sobre la histeria colectiva de los excesos.

3.- James Deen parece el chico que vive al lado, y todo lo demás, siempre y cuando no hayas participado en sus más de mil películas.

5.- Billie Eilish, Billie Eilish, Billie Eilish.

POR QUÉ NO COINCIDO CON ELLIS EN 2 y 4:

2.-  The Hurt Locker no es mejor que Inglourious Basterds, pero el 2009 era el año en que Bigelow debía vencer al filme (Avatar) de su ex, James Cameron. A Hollywood le encantan esas narrativas domésticas. Revisen par de TBT y sabrán de lo que hablo.

4.- No veo claramente la influencia de Menos que cero en La broma infinita. Quizás en algunas fiestas. Pero en todas las novelas hay, al menos, un espectáculo, o algo que funciona como espectáculo. Una muerte, por ejemplo. O varias.

PD: Si quieres leer las entradas anteriores, puedes hacerlo aquí.

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